De 45 presidentes desde que se fundó la república de EUA, solo dos han sido juzgados por el congreso en lo que se llama impeachment, un proceso plasmado en la Enmienda 25 a la Constitución del país para retirar de su cargo a presidentes que comentan “crímenes y ofensas criminales de alto nivel.
Los dos presidente que sufrieron el impeachment fueron Andrew Johnson; en 1868; y Bill Clinton, en 1998. Ninguno de ellos fue condenado por el Senado con lo cual permanecieron en su cargo. (Otro presidente, Richard Nixon, estuvo a punto del impeachment, pero viendo que el Senado lo condenaría, optó por renunciar. Esto fue en 1974).
Donald Trump podría encontrarse muy cerca de ser el tercer presidente en correr esta suerte, luego de una investigación durante dos años, un informe que el público desconoce en su totalidad, las afirmaciones del Fiscal General de EUA de que el informe exonera al presidente, y las acusaciones de los demócratas en la Cámara de Representantes en el sentido que el informe detalla conducta criminal por el presidente.
El forcejeo lleva semanas, con varias ramas de la Cámara investigando múltiples aspectos de la vida y Donald Trump y su familia, durante sus décadas como empresario privado y, más recientemente, como presidente de EUA.
Informa la AP que en el congreso de EUA es cada día fuerte el clamor por un “impeachment”, el juicio político del presidente Trump. Más y más demócratas están pidiendo y cada más recio, que se dé inicio juicio político contra el presidente Donald Trump, cuyo más reciente desafío al Congreso fue impedir que su ex abogado de la Casa Blanca testificara el martes pasado.
En la cámara produjo especial indignación ver vacía la silla del ex abogado presidencial Don McGahn en la sala de audiencias del Comité Judicial. Ahora, han decido enfrentarse a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, ejerciendo presión para que ella y a otros líderes actúen. Esta impaciencia contrasta con la vía que prefiere la señora Pelosi, un enfoque más metódico, incluidas las batallas los tribunales que ya están librándose.
Pelosi convocó a algunos de ellos — todavía una pequeña fracción de la bancada demócrata de la Cámara — a una reunión de investigadores el miércoles para evaluar la estrategia.
Al mismo tiempo, otros líderes demócratas, mientras respaldaban a Pelosi, señalaron que una marcha hacia el juicio político podría en algún momento volverse inevitable.
“Estamos enfrentando lo que podría ser el encubrimiento más grande y más amplio en la historia de Estados Unidos”, dijo la prensa el líder de la mayoría, Steny Hoyer. Si una investigación de la Cámara de Representantes “lleva a otras vías, incluida la destitución”, dijo el demócrata de Maryland, “así sea”.
Trump sigue desafiante.
