Javier Ordoñez asesinado por agentes de la policía en Bogotá.

¿Quién dio la orden a la policía de Bogotá de abrir fuego contra manifestantes? Eso es lo que muchos en Colombia se preguntan luego de dos noches de sangre y fuego. En una sociedad donde la mentira predomina, y una nación sin memoria, es posible que nunca se sepa la verdad.

Es innegable que dos agentes de la policía mataron a Javier Ordoñez, un abogado de 46 años, quien fue electrocutado con un táser repetidamente, no obstante sus súplicas de que pararan porque se estaba ahogando. 

Es innegable porque está grabado en un video, igual que muchas atrocidades por parte de las autoridades se han grabado en EUA y a través del mundo. Eso sucedió el martes 8 de septiembre.

Es innegable también que durante la noche siguiente, en varios barrios populares de Bogotá, los habitantes organizaron protestas, o plantones. Durante estas protestas, agentes de la policía dispararon contra los manifestantes, dejando un saldo de por lo menos 10 muertos y alrededor de 300 heridos, unos 60 de ellos con armas de fuego. Manifestantes quemaron algunos edificios y estaciones de la policía.

Lista parcial de los asesinados: Andrés Rodríguez, 23 años Julieth Meza, 18 años Jaider Fonseca,17 años Fredy Mahecha, 20 años Germán Fuentes, 25 años Julian González, 27 años Angie Baquero, 19 años Cristian Meneses, 27 años -Marcela Zúñiga, 36 años. Sin identificar

También es innegable que los policías abrieron fuego contra la población civil, lanzando además gases lacrimógenos, granadas aturdidoras, y atropellándolos con sus motos.

El presidente, con el apoyo del gobernante partido Centro Demócratico, exime de toda culpa a la policía. Aunque bajo detención domiciliaria, el ex presidente Alvaro Uribe Vélez, ordena que se imponga toque de queda militarización de las ciudades, deportación de extranjeros.

La culpa, según estas voces, es del Senador Gustavo Petro, a quien han llamado “incendiario”, “pirómano”, “agente del castro-chavismo”, por su apoyo a las manifestaciones y denuncias de la brutalidad policial.

La alcaldesa Claudia López se ha mostrado completamente incapaz de controlar a la policía y solo pide a la gente que no salga.

Los disturbios han afectado el transporte público y, por el tono de políticos y periodistas de opinión, para ellos los daños materiales son mucho más importantes que las vidas perdidas — a los muertos se les llama vándalos.

También es innegable que el mundo mira, y de juzgar por dice y cómo lo dice, no gusta de lo que ve.

New York Times: “Las protestas vienen después de meses de cierres relacionados con la pandemia en un país de unos 50 millones de habitantes, lo cual ha provocado una crisis económica que ha llevado a millones al borde del abismo.

“La explosión también se produce en medio de años de ira por presuntos abusos por parte de las fuerzas de seguridad y tras las protestas por la violencia policial en Estados Unidos, que han sido ampliamente divulgadas en la región”.

BBC: “La violencia se dio en medio de protestas por la muerte de Javier Ordoñez, quien falleció luego de ser electrocutado con un taser en numerosas ocasiones por los agentes de policía que lo arrestaron por violar las restricciones de la cuarentena impuesta para tratar de contener la pandemia de coronavirus.

“Y según la alcaldesa López, el de Ordoñez está lejos de ser un caso aislado, pues solo en lo que va del año su oficina ya ha recibido 137 denuncias de abuso policial, aunque la policía “reportó sólo haber avocado conocimiento de 38”. 

“Si ni siquiera inician investigación, ¿cómo se va a prevenir y sancionar?”, preguntó.

Le Monde: “La policía colombiana ha estado implicada en el pasado en varios escándalos de violencia y la ONU advirtió a fines de febrero sobre asesinatos y otros presuntos abusos cometidos por militares y policías en Colombia.

“Alberto Brunori, representante en Colombia de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, señaló que, en 13 casos de muerte que involucraron a agentes del Estado, “se observó” “Fuerza innecesaria y / o desproporcionada”.

También es innegable que los gobernantes colombianos, y los medios que los respaldan no entienden que en una sociedad globalizada, comunicada casi al instante mediante las redes sociales y la fotografía móvil, no pueden seguir usando los mismos métodos.

Ninguna sociedad puede prosperar mientras las autoridades civiles intenten mantenerse en el poder a sangre, fuego y mentiras como las repúblicas bananeras.