“En Argentina, el exdictador Reynaldo Bignone y otros catorce exoficiales del ejército fueron sentenciados a prisión por su participación en la conspiración internacional secreta para el secuestro de personas de la década de 1970 conocida como Plan Cóndor. La operación consistió en una campaña de terrorismo de Estado y asesinatos desarrollados de manera coordinada por los regímenes de Chile, Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay”, así informó Democray Now! un importante paso hacia la justicia en América Latina.
Democracy Now! luego cita a la abogada Luz Palmas:
Este fallo lo que determina no es solamente que el terrorismo de Estado en Argentina fue una asociación ilícita, sino que, a la hora de coordinar represivamente con otras dictaduras, se asoció de manera ilegal para maximizar los esfuerzos para perseguir a los opositores políticos de cada una de las dictaduras y así poder desaparecer y eliminar a los que consideraban los grupos subversivos y que se enfrentaban a las dictaduras de los países del Cono Sur.
Desde Buenos Aires, Jonathan Gilbert discute en una larga nota en El New York Times (publicada también en español) el “legado mortal de la Operación Condor”.
La Operación Cóndor fue concebida en noviembre de 1975 como inciativa del dictador chileno Augusto Pinochet, quien reclutó a los líderes de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay, inicialmente. Perú y Ecuador se les unieron posteriormente, dice el Times. Se propuso el nombre Cóndor en honor al ave nacional de Chile, explica.
La implementación de este plan de contrainsurgencia en los años setenta y ochenta resultó en los secuestros y asesinatos de miles de presuntos guerrilleros, rebeldes y disidentes.
Por lo menos 377 de esos asesinatos han sido documentados por investigadores en conjunto por una oficina de la Unesco y el gobierno argentino en 2015.
En Automotores Orletti [en Buenos Aires], un centro secreto de detención que ahora es un sitio conmemorativo, desnudaban a los disidentes, los mojaban y luego los colgaban en vigas de hierro para torturarlos con una picana eléctrica. En años recientes se han encontrado algunos de los cuerpos metidos dentro de barriles de petróleo sellados con concreto.
Una maestra de guardería dijo al Times que los los torturadores subían el volumen de la radio para ahogar los gritos. “No había respiro”.
Hasta el momento en Argentina 666 personas han sido juzgadas y condenadas por crímenes y atrocidades relaciones con la Operación Condor, agrega el Times. Sin embargo, con el paso de los años muchos de los sindicados han muerto.
Recientemente, el presidente Obama ordenó desclasificar más informes estadounidenses que podrían revelar lo que el gobierno de Estados Unidos sabía acerca de la guerra sucia argentina. No sabe cuándo se harán públicos los documentos.
El presidente Mauricio Macri ha dicho su gobierno seguirá investigando las violaciones a los derechos humanos durante la época de los militares.
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