121016-picasso-730a.grid-5x2Investigadores del Museo de Historia Natural en Rumania están a borde de confirmar lo que han llamado un “acto de barbarie y crimen contra la humanidad”.

Según informa Liz Alderman desde París en el New York Times, se trata de la incineración de siete obras maestras que llevaban las firmas dePicasso, Matisse, Monet, Gauguin, Lucian Freud y Meyer de Haan.

Si se confirma la destrucción — y restos hallados en un horno incluyen pigmentos, telas e incluso bastidores — por parte de Olga Dogaru se llegaría al trágico final del robo en octubre del año pasado del museo Kunsthal en Rotterdam.

Olga Dogaru, una de 3,200 habitantes de Carcaliu, dice haber cometido el articidio para evitar que su hijo Radu Dogaru fuera condenado por el crimen.

Ausente la evidencia, pensó, no lo podrían enjuiciar.

Ella misma dice haber colocado las pinturas — que incluyen “Waterloo Bridge, London” , Monet 1901; “Chica frente a ventana abierta”, Gaugin 1989; “Cabeza de arlequín”, Picasso, 1971 — en una estufa de leña para calentar saunas.

Muestra este trágico final tanto el extremo hasta el cuál protegerá una madre a sus hijos como las dificultades que para los ladrones significa comercializar en arte robado.

Artículo en inglés