Pesames de Trump¿Qué pasaría si la persona más poderosa del mundo asiste al sitio donde tuvo lugar un asesinato masivo y, faltándole el respeto a víctimas y sobrevivientes, acapara la atención, habla en términos autorreferenciales, insulta a sus enemigos, y hace alarde de sus presuntos logros?

Es decir se apodera del evento para su campaña política.

Eso exactamente sucedió cuando Donald Trump, el miércoles pasado decidió visitar a las víctimas de los últimos asesinatos másivos que cobraron un saldo de 31 vidas en El Paso, Texas, y Dayton, Ohio. Y horrorizaron en particular a los Latinos, ya que el asesino confeso de El Paso manifestó claramente que su objetivo era matar hispanos. Para ello viajó por 10 horas en auto.

Por la mañana visitó Dayton (que antes había llamado Toledo). Allí, el presidente insultó a sus enemigos políticos. Luego, desde el avión presidencial rumbo a El Paso, hizo lo mismo por Twitter.

En El Paso, cuando visitó el hospital, al saludar a doctores y socorristas hizo alarde de que había celebrado allí mismo un mitin de campaña hace algunos meses mucho más concurrido que el que organizó Beto O’Rourke. Sonrisas. Y más sonrisas. Por lo menos dos víctimas se negaron a saludar a Trump, ya que el lenguaje del asesino es similar al de Trump, quien ha hablado de una “invasión de hispanos” a Texas.

Luego se tomó una foto con un bebé, cuyos dos padres fueron ultimados por el asesino — como si fuera otro momento feliz. Con el pulgar levantado.

Siempre se ha cuestionado la compasión — es decir la falta de ella — del presidente. Todos los medios han dicho que Trump realmente metió las cuatro patas durante esta visita.

Anthony Scaramucci, amigo personal del presidente por muchos años, y quien fuera secretario de prensa de la administración durante 11 días, dijo que las visitas fueron “una catástrofe”.

Entrevistado por Chris Matthews de MSNBC estas son las palabras de Scaramucci, según HuffPost.

La realidad es que no le fue bien en este viaje, porque si el viaje se convierte en algo sobre él, y no en una demostración de compasión, amor y empatís por esa gente, se convierte en una catástrofe para él, para su administración, y refleja mal en el país”. No es la primera vez que Scaramucci se distancia del presidente, hace poco había dicho que sus ataques contra las congresistas de color eran ““racistas e inaceptables.”