Por Luis Fernando Parra. Especial para El Molino Online. BOGOTA — A pocos días haber concluido la cumbre de las Américas, en la que participaron muchos de los jefes de estado de las naciones del continente, (salvo Cuba, Nicaragua, Venezuela y Ecuador), los colombianos acogen de nuevo y con recelo la visita del jefe de gobierno español, Mariano Rajoy.
Y no es para menos.
Acaban de enterarse por las noticias de las vergonzosas hazañas del rey Juan Carlos cuando al frente de su rifle y en pleno siglo XXI da muerte a elefantes africanos, dilapidando además los recursos de un país que se debate en una de las más serias crisis financieras de su historia.
Qué nuevas ideas y empresas traerá el señor Rajoy -a propósito homenajeado por el presidente colombiano Juan Manuel Santos-, es la pregunta que ronda en el ambiente, si la evidencia de la operación empresarial española les habla de ineficiencia, altos costos, y poco respeto a las cosas ambientales del país.
Recién se divulgaba un video aficionado en el que se daba cuenta de una nutrida y seria protesta de un grupo de nacionales por el desvío de uno de los principales ríos del país para construir una central hidroeléctrica española con Endesa.
Pero una de las mayores preocupaciones de los colombianos está asociada a lo que han llamado como la nueva conquista española, que además de hacerse a no pocas industrias y bancos nacionales, tiene también un tinte de neocolonialismo: malos tratos, machismo y segregación. Y creen ellos que ya es hora de merecer otro tipo de socios.
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