Un año de Donald TrumpCumplido un año desde que asumió la presidencia Donald J. Trump, con el gobierno paralizado por la falta de acuerdo entre los partidos por un presupuesto gubernamental, los partidarios del presidente pregonan casi eufóricamente triunfos políticos y económicos, mientras que sus opositores hablan en términos de fracasos y derrotas para el partido republicano que desde enero 20, 2017 ha controlado el ejecutivo y ambas cámaras del congreso.

La economía ha mejorado.

El presidente logró implementar una amplia reforma tributaria a la cual atribuyen el crecimiento económico de 3.3% anual en el tercer trimestre 2017, y la bolsa de valores cuyo promedio Dow Jones superó los 26,000 puntos. Algunas empresas han anunciado bonos para sus empleados; otras han aumentado el salario mínimo; otras, como Apple, han anunciado el retorno a EUA de miles de millones en bancos en el extranjero. El optimismo se siente entre algunos segmentos.

La administración ha desarmado toda una estructura de décadas de restricciones a las emisiones y otras formas de contaminación a beneficio de las industrias petroleras y del carbón. Se ha retirado del Acuerdo de París, diseñado para reducir el efecto invernadero y controlar el cambio climático.

Al mismo tiempo, la Casa Blanca ha intentado recortar los subsidios gubernamentales que permitieron a millones tener seguro de salud, conocido como ObamaCare.

Por todo el país, nominados de la Casa Blanca ocupan cargos como jueces y magistrados implementando lo que se conoce como la “agenda social” — es decir apoyando a los grupos religiosos autodenominados conservadores en su guerra sin cuartel contra la población LBGT.

El presidente se ha pronunciado abiertamente en contra de los derechos reproductivos de las mujeres y, de hecho hace unos días, se dirigió a un acto en oposición al derecho al aborto.

Mujeres marchan en 2018 El día 20 de enero 2018, igual que hicieron hace un año, centenas de miles de mujeres salieron a las calles a protestar el presunto machismo del presidente, a quien 16 mujeres han acusado de acoso sexual.

El nacionalismo plasmado en la consigna “América Primero” ha resultado en un auge de grupos de la extrema derecha, que han tenido una cercanía a la Casa Blanca que no se veía por décadas.

Y el tema de la inmigración se mantiene en primera plana, justo donde el candidato Donald Trump lo había colocado al lanzar su campaña.

La categoría inmigración cubre a los llamados soñadores, alrededor de 800,000 jóvenes traídos por sus padres a EUA de niños sin documentos y que han crecido aquí. Sectores del partido republicano y funcionarios de la Casa Blanca quisieran suspender para siempre el programa conocido como DACA.

Bajo el tema de inmigración está el futuro de alrededor de 11 millones de personas indocumentadas en EUA. La política de la administración Obama era deportar a los criminales violentos — pero ello ha cambiado y ahora cualquier persona sin documentos de migración tenga o no antecedentes criminales puede ser deportada del país.

Sectores dentro del partido del presidente consideran que legalizar, con miras a otorgar la ciudadanía a este segmento, traería un costo político elevado. Porque además de antagonizar a los nativistas que se han pronunciado contra cualquier tipo de amnistía, beneficiaría al partido demócrata, ya que históricamente las minorías étnicas han votado demócrata desde la época del movimiento pro derechos civiles en la década del 60.

Además, el tema de la inmigración toca el muro que Trump prometió construir financiado por México y, de manera algo menos directa el Tratado de Libre Comercio con México que, según la Casa Blanca, ha resultado en enormes pérdidas para EUA.

Pasado un año, en la Casa Blanca también han cambiado muchas caras.

Una de ellas, el ex asesor de Seguridad Nacional Mike Flynn, enfrenta cargos criminales en el escándalo sobre la injerencia rusa en las elecciones 2016 y la presunta colusión entre la campaña Trump 2016 y el Kremlin de Vladimir Putin. Otros, como Steve Bannon a quien en su momento de mayor gloria se le llamó el arquitecto de la victoria de Trump, han caído en desgracia.

Varios más han sido interrogados ya sea por uno de las dos investigaciones que conduce el congreso o por el fiscal especial Robert Müeller, quien cuenta con un equipo de expertos investigadores con décadas de experiencia en delitos de cuello blanco, especialmente en el área de lavado de dineros ilegales.

Esta investigación sobre Rusia, que se hizo pública en febrero 2017, ha acaparado titulares prácticamente a diario. Ha tenido el efecto de un enorme remolino, poniendo a la defensiva a la Casa Blanca, que no ha logrado detener la investigación de Robert Müeller.

Como si fuera una telenovela, o un evento deportivo, la prensa repite a diario cada uno de los desarrollos de la investigación.

Los principales medios han invertido enormes recursos humanos, tecnológicos y financieros en escarbar, reportar, comentar, analizar, predecir conforme salen a luz pública las revelaciones.

Al mismo tiempo, los partidarios del presidente Trump en el Congreso con el apoyo de poderosos portales mediáticos, y canales de TV, como Fox News, Drudge, Breitbart, defienden a la administración, denuncian cada informe, recuerdan que bajo los Clinton todo era peor, con el fin específico de desvirtuar al fiscal Müeller.

Según informes, el presidente Trump tenía planeado asistir una enorme fiesta de celebración del primer aniversario en la propiedad Mar-a- Lago, en la Florida, donde el Presidente suele jugar golf los fines de semana. Las invitaciones a la gala presuntamente costaron alrededor de US$100,000. El presidente no pudo asistir por el cierre del gobierno.

Será otra vez — porque el empresario, autodenomida genio del arte de realizar negocios no logró obtener un trato en lo más básico de gobernar: Un gobierno que funcione.

Otra semana que pasó en EUA.

Carlos F. Torres

 

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, NY, 1/21/2018