Una canción cubana“Con una canción cubana en el corazón/A cuban song in my heart”, de Iván Acosta reúne más de medio siglo de música cubana — de la rumba al son, del chachachá a la salsa y el Latin Jazz en EUA. Consiste de las tapas de 290 álbumes “long play”, enmarcada cada una por un cuento escrito por el escritor cubano-neoyorkino, autor de ‘El Super’, diversas obras de teatro, varias películas y ensayos. Publicar este libro bilingüe, una joya histórica y musical de gran impacto visual y enorme valor sentimental, requiere de US$10,000, que los amigos de Iván Acosta buscan recaudar mediante contribuciones. Aquí “Los espíritus burlones de mi tía Emma”. 

Los espíritus de mi tía Emma le habían revelado muchísimas cosas. Oriente es cuna del espiritismo cubano. A mi tía Emma le gustaba la santería, y en su casa eran frecuentes las sesiones espiritistas, los ritos y las reuniones religiosas. En el patio de la vieja casa familiar había varios árboles frutales, entre los que se destacaba una inmensa mata de mamoncillos al pie del gallinero y del palomar. Según los chismosos espíritus que le hablaban a mi tía, había enterrado debajo de aquel enorme árbol un botín de monedas de oro y otras pertenencias de los soldados españoles que colonizaron la isla de Cuba. Según los espíritus, para llegar al botín había que excavar hondo en noches de luna llena. Muchas fueron las noches y las madrugadas de luna llena, de media luna, ¡y hasta sin luna!, que pasaron mi tía Emma y algunos primos excavando en busca del botín enterrado. Luego de largas horas de pico y pala sólo encontraron una vieja carabina mambisa del Ejército Libertador, y varias canecas vacías, las botellas de porcelana que trajeron los españoles a Cuba. Pero mi tía Emma nunca perdió las esperanzas, ni la fe en la información de sus santos, ni el ánimo de celebrar aquellos tremendos bembés que amenizaba con sus canciones a los santos el duo de Celina y Reutilio.

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Una canción cubana en el corazón

My aunt Emma talked with the spirit world, and some talkative spirits they were! They had revealed many secrets to her. Oriente province is the cradle of Cuban spiritism. Aunt Emma was a devotee of Santería and her house was a frequent site of séances, sacred rituals and religious meetings. There were many fruit trees in her backyard, the tallest of which was a huge mamoncillo. It stood really, really tall right beside the hencoop and the pigeon house. Aunt Emma’s gossipy ghosts had revealed to her that there was an old treasure buried underneath that tree, a chest full of gold coins that had belonged to the Spanish conquerors. According to her sources, in order to find the treasure one had to dig deep at the root of the mamoncillo tree under a full moon. My aunt Emma and her cousins spent many a sleepless night digging. Una canción cubanaThey dug under a full moon… and under a half moon… and under no moon at all! All they ever found was an old rifle that had belonged to a 19th Century freedom fighter, and a collection of canecas, ceramic vases that Spaniards brought with them to Cuba. But good Aunt Emma never lost hope or stopped trusting her in- formers from beyond. And when it was time to celebrate the feast of a Santeria deity, she organized the best parties ever, where popular songs recorded by the husband- and-wife duo of Celina and Reutilio were played in honor of Changó, the Afro-Cuban version of St. Barbara, and the rest of the Yoruba pantheon.