Un prefacio a esta nota. Para muchos a través del mundo, y la izquierda latinoamericana en particular, Julian Assange es un apóstol por la libertad, un mártir y perseguido político que heroicamente ha denunciado crímenes y abusos de poder por parte del imperio.
En El Molino tenemos una opinión bastante diferente.
Mientras que con respeto y admiración vemos parte de labor de WikiLeaks, consideramos a Julian Assange un megalomaniaco, imprudente y totalmente incapaz.
Consideramos criminal la incapacidad de Julian Assange WikiLeaks de proteger la identidad, e integridad física, de Bradley Manning, el soldado que presuntamente entregó extensos archivos a WikiLeaks y desde hace 2 años se pudre literalmente en una cárcel militar. Assange, quien incesantement pide solidaridad, jamás movió un dedo para ayudar a Manning.
Consideramos imprudente desafiar al país más poderoso del mundo para luego lloriquear porque le han atacado sus sitios web o cancelado la capacidad de recolector donativos mediante tarjetas de crédito: if you can’t stand the heat, stay out of the kitchen.
Consideramos vergonzosa su conducta que ha resultado en dos acusaciones de violación por parte de dos mujeres suecas. Incapaz de controlar sus apetitos, que a fin de cuentas muestran su desprecio por la mujer, ahora dice persecución política — en este sentido no es muy diferente de Dominique Strauss-Khan, que se llamaba socialista.
El creer que reglas y normas de conducta aplican a otros pero no a uno no es la madera de líderes que se dicen revolucionarios: es más la conducta de un megalomaniaco. Recordemos por qué Malcolm X rompió con The Nation of Islam en EUA.
En breve mientras que El Molino intenta siempre estar del lado del pobre, del oprimido, del indocumentado y perseguido, de quien lucha por la dignidad humana, nos queda difícil incluir entre ellos a Julian Assange en sus intentos por evadir la justicia.
Unas palabras finales, respetamos el derecho de la República de Ecuador, nación soberana e independiente, a conceder asilo político a Julian Assange y unimos nuestra voz en denuncia de cualquier intento de atacar la embajada en Londres por el gobierno de David Cameron.
Ahora bien, la nota que inspiró la anterior reflexión.
The Atlantic Wire publica un artículo de Adam Martin sobre las condiciones del encierro de Julian Assange en la embajada de Ecuador en Londres, el cual se basa en informes de la Associated Press y el Evening Standard.
Señala que, “La embajada de Ecuador no es muy grande: un apartamento de 10 cuartos en la planta baja de un edificio de Knightsbridge, que comparte con Colombia y otros apartamentos”. Dice que Assange duerme en un colchón de aire en una pequeña oficina que se ha adaptado a un dormitorio y donde no estaba recibiendo la luz del sol ni recibía luz solar.
Hace varias semanas tenía un fuerte resfriado y parecía deprimido, agrega.
Pero, en la medida que es posible, las cosas han cambiado un poquito. Jill Lawless de la Associated Press escribió que se ha instalado una ducha se y ahora tiene una pequeña cocina.
Assange también ha recibido las entregas de pizza y otras comidas de pedir.
Ahora tiene una lámpara de sol y treadmill para hacer ejercicio.
Assange, que no puede salir, pasa su tiempo trabajando en su computador, leyendo y mirando películas en DVD.
Agrega The Atlantic Wire que de vez en cuando sus sus amigos lo visitan y “baila con ellos”.
¿Baila?
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