En un intento de congreso por impedir que el presidente Obama entregue más armas a los rebeldes sirios, comités de inteligencia tanto de la Cámara de Representantes como del Senado han votado a favor de imponer serias restricciones a la financiación a estos grupos insurgentes, escriben Julian Pecquet y Jeremy Herb en The Hill.
En la votación del mes pasado, los legisladores manifestaron que temen que las armas caigan en manos de terroristas, ya que algunos de los grupos rebeldes tienen vínculos con Al Qaeda.
“[…] la situación es increíblemente compleja en Siria, donde efectivos de Hezbolá combaten junto a las fuerzas de Assad y el Frente Al-Nustra, afiliado con al Qaeda, lucha con la oposición”.
Pero, agrega The Hill, la Casa Blanca parece empecinada con la idea de armar a los rebeldes.
El secretario de Estado John Kerry y el vicepresidente Joe Biden comparecieron ante los paneles en junio intentando disaudirlos a que aflojaran el dinero, dice.
Pero no han convencido a la senadora Susan Collins del Comité del Senado. “No está claro para mí que el gobierno tiene una política viable”, dijo.
