Miedo a TrumpUna nota de la Associated Press discute un fenómeno que está teniendo lugar ante nuestros propios ojos y puede tener un efecto paralizante en la presidencia de Donald Trump. “[…] paso a paso, los republicanos del Senado están dando la espalda al presidente Donald Trump”.

Explica que no ha sido una “ruptura pública dramática” ni podría establecerse el momento exacto en que ocurrió.

“Derrotaron la ley para anular el sistema de salud Obamacare no obstante las súplicas de Trump. Están ignorando sus demandas por Twitter de que se pongan a trabajar nuevamente en la ley de derogación. Atacaron al director de presupuesto de la Casa Blanca, defendieron al Fiscal General contra los ataques del presidente, y aprobaron sanciones contra Rusia imposibles de vetar, ante las objeciones de la administración”.

Están reafirmando su independencia, que parecía muy disminuida después de la sorpresiva victoria electoral de Trump, agrega la AP

“Nosotros trabajamos para el pueblo estadounidense”, dijo el martes el senador Tim Scott de Carolina del Sur. “No trabajamos para el presidente”. Estas palabras son poco comunes cuando vienen de boca en un republicano cuyo estado Trump ganó fácilmente hace menos de un año, señala el análisis de la agencia de prensa.

Seis meses de controversias con índices de aprobación históricamente bajos han cobrado un saldo, dejando claro que Trump no inspira el miedo que una vez los puso a todos a temblar, agrega.

Explica que puede ser resultado de las dudas que muchos siempre tuvieron sobre Trump, quien básicamente se “apoderó” del partido republicano. El Senado, donde las elecciones no son tan frecuentes como en la Cámara de Representantes, se nota mucho más este desafío al presidente, dice. En la cámara, apunta la AP, los representantes de los distritos que impulsaron la victoria de Trump, temen posibles represalias del presidente, que podría apoyar a otro candidatos.

Quizás el ejemplo más ilustrador es el del senador republicano por Arizona Jeff Flake, quien ha publicado un nuevo libro donde es poco generoso con su propio partido y ataca “un silencio perturbador frente a un ejecutivo errático, hecho que constituye una abdicación”.

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