Como castigo por portarse mal en la guardería, el Padre de Bastien Champenois lo puso en la lavadora de ropa con agua fría y la encendió durante unos minutos.
Charléne, la madre del menor, informa Le Parisien, “sacó al crío de la máquina congelado y prácticamente muerto, y corrió a donde una vecina pidiendo ayuda, diciendo que Bastien se había caído por las escaleras”.
La vecina no creyó el cuento de la madre del pequeño. Dijo que parecía una muñeca de trapo, con todos los huesos rotos. “Sentí el último latido de su corazón”, dijo.
Charléne, que tiene marcas de maltrato en el rostro, no podía creer que hijo estuviera muerto.
Sucedió en Germigny-l’Eveque, cerca de París.
Trágicamente, agrega Le Parisien, no era la primera vez que Christophe Champenois usaba la lavadora como castigo.
En previas ocasiones, según dijeron los vecinos, lo había metido en la máquina por horas, pero sin encenderla.
La abuela del menor dijo a los medios que, “Bastien fue un hijo que no deseaban” desde el día de su nacimiento su padre había expresado su falta de cariño por él.
Los servicios sociales venían tratando a la familia; el padre está desempleado y tenía problemas de alcohol.
Ahora, ambos padres están detenidos, el hombre sindicado de asesinato y la madre de no impedirlo.
Queda a la deriva la otra hija de 5 años de la familia Champenois.
Y un país consternado.