Hasta los comentaristas de Fox News (órgano cuasi oficial de La Casa Blanca) consideraron que el discurso con que Donald Trump aceptó su candidatura para su reelección fue demasiado largo y aburrido.
Chris Wallace y el analista político Brit Hume describieron el discurso como “sorprendentemente plano” y carente de “entusiasmo”.
Afuera de La Casa Blanca, donde por primera vez y en contra de la voluntad de muchos se celebraba un acto de campaña política, miles protestaban mucho de lo que hay por qué protestar en EUA. Asesinatos racistas. Violencia policial. Mal manejo de la pandemia.
Para “proteger” al presidente de los manifestantes, habían construido una serie de barreras — mejor metáfora no hay para ilustrar el profundo abismo que separa al pueblo de sus gobernantes.
Wallace dijo que el presidente parecía cansado y con baja energía a todo momento.
“Hemos visto al presidente calentar a una multitud, pero fue sorprendentemente plano y no parecía tener la garra sus discursos suelen tener”, declaró.
Wallace también expresó su desacuerdo con que el presidente pronunciara su discurso de aceptación en la Casa Blanca, frente a una nutrida audiencia sin observar el distanciamiento social, en medio de una pandemia mortal de coronavirus que ha matado a 180,000 estadounidenses. La sola reunión puede haber sido un evento de super contagio.
Hume, típicamente un defensor leal de Trump, opinó de similar manera.
Afuera de la burbuja de realidad alternativa, se anunció que más atletas profesionales se han sumado a la huelga y no participarán en sus ligas hasta que pare la violencia policial contra las personas negras.
Equipos de la NBA, WNBA, MLS, MLB y el tenis profesional (entre otros) se negaron a jugar el miércoles por la noche, un boicot masivo que dejó a las ligas profesionales luchando por posponer y reprogramar los juegos. Lo que comenzó como una postura de varios equipos de la WNBA y los Milwaukee Bucks ahora se ha extendido a todos los deportes y deja en equilibrio el futuro de la temporada de la NBA.
La doble realidad de EUA se reflejó en la convención de los republicanos.
Durante esos cuatro días en los que algunas veces hablaban de sus éxitos en controlar la pandemia, morían 3500 estadounidenses más.
Durante cuatro días oradores aseguraron que NO hay racismo, mientras afuera policías baleaban a Jacob Blake y un paramilitar de 17 años asesinaba a dos al día siguiente
Los economistas del gobierno pregonaban una economía pujante, mientras afuera seguían los desalojos, y más de un millón se inscribían al seguro de desempleo.
Todo esto y mucho más, a la vez que una familia (acusada de corrupción masiva) con ínfulas reales usaba los recursos del pueblo, como La Casa Blanca, intentando imponerse como dinastía
Trump seguía diciendo, “Solo yo puedo arreglar las cosas”.
Pero la verdad es que solo el pueblo movilizado puede arreglarlas. Faltan 66 días para la elección.
