Con una crisis humanitaria en sus propias puertas, pasó casi desapercibido en EUA el 20 de junio, Día de los Refugiados.
La ONU dijo en declaración de prensa que más personas han sido desplazadas por guerras que en ningún momento desde la Segunda Guerra Mundial: 50 millones.
Y son exactamente hermanos en sufrimiento los que están atravesando Centroamérica y México para llegar a EUA: Lo hacen porque no tienen más alternativas.
Son las víctimas de la fracasada guerra contra los narcóticos, impulsada por EUA desde 1971 a un costo de US$3,000,000,000,000, que ha causado más muertes y destrucción que una guerra con aviones y cañones.
Aunque haya ha ofrecido una ayuda sustancial a los esfuerzos centroamericanos para enfrentar la violencia criminal, EUA también contribuye al problema a través de sus altos niveles de consumo de drogas, sus leyes de control de armas relativamente relajadas, y la políticas de deportaciones que han regresado más de un millón de inmigrantes ilegales con antecedentes violentos”, escribió Michael Shifter en un informe publicado en mayo.
“En Honduras la tasa de homicidios es una de las más altas del mundo. La JIFE recuerda la vinculación de las pandillas o ‘maras’, de las que hay unas 900 en la región con 70 mil miembros, con el negocio de la droga. Así, el informe calcula que 15% de los homicidios en El Salvador, Guatemala y Honduras están relacionados con las pandillas” según ONU.
Poco importa para la administración Obama que seguirá usando medidas represivas para problemas de enorme complejidad. Proponen deportar más gente — mujeres y menores de edad, luego de mantenerlos en bodegas y galpones bajo condiciones no muy diferentes de las de un campo en Etiopía.
Pero, ¿qué más se puede esperar en un país donde los responsables de los fracasos políticos solo tienen que ausentarse brevemente para nuevamente volver a exponer sus desprestigiadas tesis?
Falta de memoria histórica.
Es la única explicación hay sobre la surreal discusión actual sobre otra guerra en Irak, en la que el vicepresidente Cheney, Paul Wolfowitz, el virrey Paul Bremer, Bill Kristol y otros “neoconservadores” arquitectos de la debacle que comenzó en el 2003 están nuevamente en los programas de televisión.