Clayton Lockett , el recluso de Oklahoma asesinado en una ejecución fallida el martes había recibido una descarga de Taser por el personal de la penitenciaría ese día más temprano y se había cortado su propio brazo, informan Katie Fretland y Ed Pilkington del periódico The Guardian.
Un cronograma publicado por el Departamento de Correcciones del estado también muestra que el personal médico utilizó el área de la ingle para inyectar los fármacos letales porque no lograron encontrar una vena adecuada .
El servicio considera que las ejecuciones deben posponerse en Oklahoma indefinidamente hasta que se emitan nuevos procedimientos y el personal reciba nueva formación .
El cronograma publicado por Oklahoma detalla una escena caótica en la cámara de la muerte antes y durante la fallida ejecución, mientras el personal se esforzaba por colocar una vía intravenosa en Lockett, informaban de que estaba inconsciente, para luego no se enterarse que la conexión IV había fracasado porque habían cubierto la ingle de Lockett con una sábana, para evitar que los testigos vieran esa área del cuerpo.
El documento es notable tanto por lo que omite como por lo que revela: no hay ninguna mención de los tres minutos en que los testigos vieron a Lockett sacudir violentamente en la camilla, tratando de hablar, a pesar de haber sido declarado inconsciente. Tampoco dice nada acerca de lo que sucedió en los diez minutos entre el momento en que el procedimiento fue cancelado y el que Lockett murió.
Abogados, funcionarios del Estado y periodistas de grupos de medios, incluyendo The Guardianm fueron testigos de los primeros 16 minutos del intento de ejecución antes de que funcionarios cerraran las persianas que separaban la sala de visualización de la cámara de la muerte. Durante los últimos tres minutos visibles, Lockett se retorcía , gemía, intentó levantarse de la camilla e intentó hablar, a pesar de que un médico lo había declarado inconsciente.