“Aquí se posaron los helicópteros. Por este lado saltó el primer comando. El disparo salió de este edificio”, podría decir el guía, tomando posición. “Pero los SEALs lo eliminaron pronto para capturar el edificio”.
En sus pantalones cortos, camisas de manga corta, sombreros, zapatos tenis, cargados de cámaras, botellas de agua, bolsas con medicinas, loción protectora del sol, respondiendo a nombres como Laverne y Larry, los turistas seguirán con cierto interés, pero aún así cansados, en su vista a la casa en Abbottabad, Paquistán, donde cayó Osama Bin Laden.
Según Daily Beast, las autoridades en Paquistán no saben qué hacer con la casa donde murió el fundador de Al Qaeda.
Números crecientes de personas han comenzando a congregarse frente al edificio y ello ha generado cierto nerviosismo entre las autoridades. Unos quieren quemarla de una vez por todas, dice, entre otras razones porque no quieren crear un tipo de punto de peregrinaje (la misma razón por la que EUA dice haber sepultado al líder terrorista bajo las aguas del Mar Arábigo).
Pero un funcionario del gobierno regional ha ofrecido una alternativa práctica y lucrativa. Sugiere que la casa se convierta en un sitio turístico. “Tenemos la esperanza de que comiencen a venir más turistas. Esto podría resultar siendo una bendición”, dijo mencionando los beneficios económicos.
¿Tienda de souvenirs? ¿Restaurante? ¿Refrescos?
