60Mins2Mientras que la semana pasada una comisión presidencial concluía que el espionaje por parte de la National Security Agency (NSA por sus siglas en inglés) había básicamente abusado de la privacidad del pueblo estadounidense, y al mismo tiempo un juez federal decía que esas actividades eran probablemente inconstitucionales, “60 Minutes”, la revista televisada de periodismo de investigación, presentaba un reportaje sobre la agencia que “daba la apariencia de ser un infomercial amistoso para la agencia”.

Esto marca el tono de la nota por David Carr, comentarista del New York Times sobre los medios, quien básicamente dice que “60 Minutes” no es lo que fue en los días de Mike Wallace.

Claso está, dice Carr, este año “60 Minutes” presentó elogiables reportajes, como ha hecho a lo largo de sus brillantes 45 años.

Pero más brilló por su ausencia el escepticismo periodístico y cuestionamiento los reportajes sobre Benghazi, que se se basó en una fuente desprestigiada; sobre Amazon, que básicamente dio publicidad gratis a las entregas por drone, una tecnología que todavía falta mucho para implementar. Y a la NSA.

Este último reportaje, encabezado por John Miller, periodista que ha trabajado para el FBI y la inteligencia de EUA, fue básicamente un fiasco — comenzando por el conflicto de intereses con el periodista mismo.

Dice el Times que hubo una época en que el solo saber que “60 Minutes” estaba en el teléfono (por no decir en la entrada del edificio) era suficiente para asustar a los que tenían por qué asustarse.

Hoy día muchos podrían verlo como una plataforma, agrega.

El ADN de “60 Minutes” es adversarial, investigativo y sobre todo preciso.[…] “60 Minutes” es una vocación, no un trabajo, y el programa no debe ser el tipo de organización que deja su escepticismo en la puerta para entrar.

Artículo en inglés