Según la nota de Frances Robles y Shaila Dewan en el New York Times, el encarcelamiento de padres que se niegan a pagar la manutención de sus hijos, que comenzó a implementarse rígidamente a partir de la década de 1990 tenía propósitos nobles: Impedir que los padres vivieran la buena vida tras abandonar a sus hijos a quienes dejaban en la inopia.
Pero la realidad, en muchos casos como el de Walter Scott el ciudadano afroamericano que fue baleado por un policía en Carolina del Sur, es muy diferente cuando el padre no tiene con que pagar los costos impuestos por la corte.
Se crea un ciclo en que el deudor es encarcelado, con lo cual pierde su empleo, al ser liberado enfrenta obligaciones de pagar astronómicas sumas que sencillamente le son imposibles, con lo cual regresa a la cárcel y vuelve a quedar sin empleo.
“Mientras que cada padre tiene la responsabilidad de sostener a sus hijos en la medida de sus posibilidades, las herramientas desarrolladas en la década de 1990 están diseñadas para personas que tienen dinero”, dijo Vicki Turetsky, comisionada de la Oficina federal de Sustento de Menores. “La cárcel es apropiada para alguien que esconde activamente su dinero, pero no para alguien que en primer lugar no podía pagar lo que se exige”.
Cuando el padre no paga, las autoridades comienzan a cobrar, quitándole hasta el 65% del salario, apoderándose de los ahorros y reembolsos de impuestos, suspendiendo las licencias de conducir y otras licencias profesionales antes de encarcelarlos, explica el Times.
En palabras de Rodney Scott, hermano del difunto, “De cada trabajo que ha conseguido ha sido despedido por haber ido a la cárcel porque había caído preso por manutención de menores. Llegó al punto en el que se sentía como en contra del propósito”.
Walter Scott huyó del policía Michael Slager porque debía US$18,000 en manutención.
Agrega el Times, que en muchas jurisdicciones, las órdenes de manutención se basan en “el ingreso imputado”, es decir lo que ganaría el padre si tuviera un empleo de tiempo completo con un salario mínimo o mediano. En Carolina del Sur, la tasa de desempleo de los hombres negros es del 12 por ciento.