Desde la derecha, los críticos a la política exterior de EUA ven problemas por doquier y dicen que todo es causa de Obama — ya sea Irak, Siria o Ucrania. Los defensores del presidente, mientras que coinciden en que pudo haber cometido uno que otro error, sostienen que heredó una mano con pésimas cartas.
Eso, escribe Peter Baker en un análisis en el New York Times, es lo que en la actualidad se discute en los círculos de poder de Washington.
No discretamente. Ni por los pasillos.
Abiertamente. En entrevistas. Ponencias. Editoriales. Comentarios.
Entre las críticas se incluyen el surgimiento del Estado Islámico en Siria e Irak, resultado acusan críticos de ambos bandos (incluyendo a Hillary Clinton) de no apoyar a los elementos moderados en Siria.
El caos en Irak, causado al retirarse EUA de esa nación en el 2013.
La crisis en Ucrania, que atribuyen a la presunta debilidad que mostró Obama ante el presidente ruso Vladimir Putin.
No han ayudado en nada a Obama sus comentarios de los límites de EUA, que contradicen la sensación de omnipotencia que proyectó la nación desde el fin de la Segunda Guerra Mundial, dice el Times.
Cualquier cosa que diga Obama, “da la apariencia de que el presidente sencillamente está tratando de excusar sus propias acciones, o falta de ellas, cual sea el caso”.
Sugieren sus partidarios que el presidente debería ir más allá de las crisis y buscar iniciativas donde pueda dejar un legado más positivo.
Foto cortesía saoirsefinn via flickr