Trump furioso
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En un reciente mensaje al Presidente de EUA por Twitter, Michael Avenatti, abogado de Stormy Daniels, la estrella de porno cuyo silencio Michael Cohen compró por decenas de miles de dólares, en medio de la campaña, 2016 para esconder el romance que tuvo con el entonces candidato republicano, le dijo: “Me preocupa Ud y su salud. Ud se encuentra en un modo de pánico total y está al borde de una crisis total. Si no tolera el calor, salga de la cocina … y vaya al gimnasio”.

La carga que lleva a cuestas Donald Trump tiene que ser enorme. Hay que verlo: Obeso, fruncido, frustrado, furioso. Hay que escucharlo: Balbucea disparates, despotrica, insulta, repite, miente, vuelve a balbucear, despotricar, insultar. Se pelea con todo el mundo, casi como si estuviera en una guardería.

Parece que no entiende lo que va sucediendo. El viernes, considerado como el peor día de su presidencia, escribió por Twitter que los documentos presentados en dos investigaciones separadas “Eximen totalmente al presidente. Gracias”.

Ese mismo día, en que por primera vez desde los días de Richard Nixon el departamento de Justicia afirma en documentos presentandos que el presidente estuvo involucrado directamente en violar la ley de financiamiento de campaña, lo cual es un crimen mayor, el presidente se estaba peleando con su antiguo secretario de Estado, Rex Tillerson. Dijo que es perezoso, no da la talla, y “más bruto que una piedra”. Nada parecido se ha escuchado en nuestras vidas.

La situación legal para Trump — es decir lo que el público sabe hasta el momento de las investigaciones — es pésima. En la investigación por el Distrito Sur de New York se le acusa de órdenar los pagos a dos mujeres. Si no fuera presidente, ya habría sido detenido y fichado.

Pero la investigación sobre Rusia sigue produciendo información.

Mike Allen de Axios resume lo que sabemos hasta el momento.

Ahora sabemos que varios funcionarios rusos se acercaron a media docena de republicanos muy cercanos a Trump y su campaña, incluido su hijo mayor, su asesor más cercano, su abogado y el gerente de su campaña. Sabemos que aceptaron las reuniones, a menudo con entusiasmo, durante y después de la campaña. Sabemos que Rusia ofreció asistencia para la campaña: lo llamaron “sinergia”.

Ahora sabemos que 12 oficiales de inteligencia rusos fueron acusados ​​de piratear el DNC y filtrar material de forma sistemática con el fin de perjudicar la campaña de Clinton a través de WikiLeaks. Sabemos que los asociados de Trump Roger Stone y Jerome Corsi intentaron, con éxito en algunos casos, ponerse en contacto con WikiLeaks y que están bajo investigación […]

Ahora sabemos que Donald Trump, Jr. y otros participaron una reunión con los rusos prometiéndole información confidencial sobre Hillary Clinton. Ahora sabemos que Don Jr., ante la posibilidad de recibir estos datos, escribió: “Si es lo que dices, me encanta especialmente más tarde en el verano”.

Ahora sabemos que Trump estaba negociando una propiedad de Trump en Moscú durante la campaña presidencial, y ocultó esto al público y mintió al respecto. Ahora sabemos que Mueller cree que, con base en su presentación ante el tribunal, el “Proyecto Moscú era una oportunidad de negocios lucrativa para la cual buscaba, y probablemente requirió, la asistencia del gobierno ruso”.

Ahora sabemos que cada rama de la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos llegó a la conclusión de que Rusia trató de influir sistemáticamente en el resultado de las elecciones. Ahora sabemos que esta fue una conclusión unánime, excepto una disidencia: Trump.

Ahora sabemos que funcionarios de Trump continuaron hablando con los rusos durante la transición posterior a las elecciones. Ahora sabemos que Jared Kushner y Jeff Sessions no revelaron inicialmente ningún contacto con los rusos en sus formularios de gobierno.

Ahora sabemos que Jared Kushner sugirió que un canal secreto con los rusos, que si hubiera ocurrido, hubiera evadido las escuchas por el gobierno de EUA.

Ahora sabemos que Trump se enemistó con el director del FBI James Comey, el fiscal general Jeff Sessions y el abogado de la Casa Blanca Don McGahn en parte por su manejo de la investigación.

Ahora sabemos que Paul Manafort, quien dirigió la campaña de Trump en el verano de 2016, mintió sobre sus contactos en Rusia, fue acusado y va preso.

Ahora sabemos que Flynn mintió sobre sus contactos rusos, fue despedido y se declaró culpable, luego de haber aceptado ser un testigo clave en la investigación.

Ahora sabemos que Cohen mintió sobre sus contactos rusos, fue acusado y luego se convirtió en un testigo clave contra Trump.

Todo esto es lo que hasta el momento se sabe. Y lo que se le viene encima.

Por si fuera poco, el New York Times publicó un extenso artículo sobre las relaciones entre Jared Kushner y Mohammed bin Salman. Se comunican por texto, se refieren a si mismos por nombre de pila, se consideran amigos. El príncipe real saudí ha sido acusado de haber ordenado directamente el brutal asesinato de un periodista saudí residente de EUA. El senado de EUA — aliados del presidente — han denunciado a la monarquía medieval.

Muchos millones de dólares saudíes han circulado a los negocios de las familias Trump y Kushner.

Eso y mucho más será examinado en detalle próximamente cuando entreguen los republicanos control de la Cámara de Representantes, luego de haber propinado una derrota histórica al partido de Donald Trump en las elecciones de medio término en noviembre — derrota que el presidente consideró inicialmente una victoria.

Y para coronar, grandes cambios se han anunciado en el personal de la Casa Blanca, entre ellos el Secretario de la Presidencia, John Kelly, que se marcha — totalmente disminuido del arrogante ex general que asumió el cargo hace 2 años.

Cosas como estas nadie se las inventa.

Otra semana que pasó en EUA.

Carlos F. TorresCarlos F. Torres
Director, El Molino Online
New York, New York, 12/09/2018