No comienza sino hasta el viernes la cumbre de la Unión Europea y ya las diferencias están surgiendo, informa Chris Morris en la BBC.
Al centro de las discusiones está una salida a la crisis de la deuda que ha sacudido el continente y parece estar colocando la eurozona al borde de la extinción.
Los franceses se han comprometido a no irse a menos que tengan un “acuerdo serio”; algo que los alemanes advierten que puede ser un arreglo cosméticos.
Alemania parece inclinarse por que se lleven a cabo serias transformaciones del tratado, algo que les ha ganado la acusación de intentar controlar a Europa, una vez más.
Inglaterra, desde el otro lado de La Mancha, pide protecciones especiales en caso de que cambie el tratado.
Inglaterra es miembro de la Unión Europea, pero no de la Eurozona y siente que cualquier medida que se tome la va a perjudicar.
Otras naciones se han quejado que el destino de todo un continente esté en manos de Merkel y Sarkozy.
Mientras tanto, Standard & Poor’s, la agencia crediticia que tanto dolor de cabeza ha dado en últimos meses, dice que a menos que se encuentre una solución en la cumbre va a reducir las calificaciones de todos, igual que las de varios bancos europeos.
Es, en las palabras de la BBC, una reuniónde vida o muerte.
