Petraeus Hasta su renuncia como director de la CIA en medio de un escándalo de faldas, David Petraeus había estado en los círculos de poder de la política estadounidense en Irak (y también en Afganistán). Su currículo es variado y cubre un periodo amplio de tiempo y múltiples eventos desde que EUA invadió Irak, derrocó a Saddam Hussein y ha intentado hasta el momento en vano controlar lo que aparenta ser incontrolable: El caos.

David Petraeus respondió por escrito una serie de preguntas a Liz Sly en The Washington Post. Traducimos una de ellas.

En términos generales, lo que se necesita en Irak en este momento es todos los elementos de la campaña de contrainsurgencia, civiles y militares, que lograron un progreso significativo durante el “Surge” (aumento de la presencia militar de EUA), con una gran diferencia — que los iraquíes deben realizar una serie de tareas críticas que nosotros tuvimos que realizar. Los iraquíes deben, por ejemplo, poner las “botas sobre el terreno”, aunque con la ayuda de asesores y la aviación de EUA, incluso con controladores aéreos tácticos si es necesario.

Si los iraquíes no pueden ofrecer estas fuerzas, debemos aumentar los esfuerzos para desarrollarlas. Los iraquíes también deben ser quienes busquen la reconciliación con los líderes sunitas y la comunidad árabe suní. Podemos ayudar en diversas maneras, pero nuevamente, los resultados sostenibles sólo los podrán lograr los iraquíes — que claramente tienen la capacidad para hacerlo, incluso si la voluntad a veces no es totalmente evidente.

En términos más específicos, ofrecería lo siguiente:

En primer lugar, es fundamental que las fuerzas iraquíes no recuperen áreas que no pueden o no quieren guardar De hecho, la fuerza que va a “controlar” un área debe identificarse antes de que comience la operación de limpieza. Esto pone de relieve la necesidad de que, fuerzas sunitas anti Daesh (otro nombre del Estado Islámico) capacitadas pueden entrar en zonas de mayoría suní y que se les vea como libertadores, no conquistadores nopresores.

En segundo lugar, las fuerzas iraquíes que realizan las operaciones tienen que demostrar mucho más cuidado en su conducta. Me preocupan profundamente los informes de atrocidades sectarias – en particular por parte de las milicias chiíes, ya que se mueven por áreas sunitas anteriormente en poder del Estado islámico. Los secuestros y asesinatos como represalia, los desalojos masivos de civiles de sus hogares — este tipo de abusos son corrosivos para lo que se necesita lograr. De hecho, constituyen la mejor esperanza de Daesh para su supervivencia: empujar los sunitas a sentir una vez más la necesidad de rechazar las fuerzas iraquíes en sus áreas. La conclusión es que la derrota de Daesh requiere no sólo martillar en el campo de batalla, pero a la vez, revivir la reconciliación política con los sunitas. Los sunitas de Irak necesita ser nuevamente incluidos en la sociedad. Necesitan sentirse como si tuvieran un interés en el éxito de Irak, en lugar de una participación en su fracaso.

En tercer lugar, como ya he explicado antes, tenemos que reconocer que la amenaza No 1 a largo plazo para el equilibrio de Irak — y el equilibrio regional más amplio — no es el Estado Islámico, que creo que está en el camino a ser derrotado en Irak y empujado fuera de su santuario iraquí. La amenaza a largo plazo más importante la plantean las milicias chiítas apoyados por Irán. Si se saca a Daesh de Irak y como consecuencia las milicias apoyadas por Irán emergen como la fuerza más poderosa en el país — eclipsando las fuerzas de seguridad iraquíes, tanto como lo hace Hezbolá en el Líbano — ello sería un resultado muy perjudicial para la estabilidad y la soberanía iraquí , por no hablar de nuestros propios intereses nacionales en la región.

En cuarto lugar, siempre y cuando estamos hablando de problemas difíciles, está Siria. Cualquier resultado aceptable (en Siria) requiere la acumulación y nuestro apoyo en el campo de batalla a fuerzas viables de la oposición y anti Daesh. Aunque es alentador ver el apoyo de la administración para esta iniciativa, creo que hay cuestiones legítimas que pueden elevarse sobre la suficiencia de la presente escala, el alcance, la velocidad y la dotación de recursos de este esfuerzo. Será, por ejemplo, será imposible establecer una sede dentro de Siria para proporcionar mando y control de las fuerzas que ayudamos a entrenar y equipar siempre y cuando les estén cayendo cañonazos regularmente.

Entrevista completa en inglés

Foto: Wikipedia Commons