Publicado en inglés el 5 de junio del 2013 en Atlas Obscura bajo el título “Lost Underwater Egyptian City and its Colossal Gods Revealed”. Traducido con autorización especial. Por Allison Meir
Imagine sumergirse en la obscuridad del mar y de repente ver una cara colosal que sale de las profundidades, o un curioso monolito con textos antiguos. Esa fue la experiencia de los arqueólogos en 2001 en la bahía de Abukir, que encontró una ciudad egipcia perdida durante mucho tiempo, increíblemente preservada por 1,200 años.
El arqueólogo francés Franck Goddio había estado buscando barcos de guerra franceses del siglo 18, pero lo que él y su equipo terminaron encontrando cerca de la desembocadura del río Nilo fue mucho más extraordinario. La ciudad de Heraclion, o Thonis, había sido mencionada esporádicamente en los textos antiguos, pero nadie estaba seguro de si las leyendas de la ciudad portuaria increíblemente ricos eran ciertas. Ahora, se ha encontrado una estela de piedra de diorita negra, en posición vertical debajo del agua, lo cual indica claramente que se trataba de Heraclion, aunque nadie está muy seguro de cómo terminó por completo bajo el agua.
Ya para marzo en la Universidad de Oxford, los investigadores habían revelado los resultados de casi 13 años de excavaciones de la ciudad que se estima que fue construida en el siglo octavo, y perdieron en algún momento en el sexto o séptimo siglo. El mes pasado, el documental, “Egypt’s Sunken City/A Legend Is Revealed,”, también exploró lo que la ciudad pudo haber sido a través del modelado 3D. En su época de oro, se cree que fue la puerta de entrada para todo el comercio de Grecia. Como informa el Telegraph, los artefactos descubiertos incluyen 64 barcos, 700 anclajes, un tesoro de monedas de oro, estatuas de hasta 16 pies estatuas, restos de un enorme templo al dios Amón-Gereb, y los pequeños sarcófagos para los animales que estaban llevado allí como ofrendas.
La conservación de las esculturas y artefactos se debe a que son de granito y diorita, Incluso después de todos sus siglos en el Mediterráneo, pintan un sorprendente cuadro un mundo donde las estatuas colosales recibían las embarcaciones que llegaban a Egipto y, luego, esperaron años para recibir al mundo moderno.
Fotos: ©Franck Goddio/Hilti Foundation, foto: Christoph Gerigk, via AO