Ivan Acosta en NOLANEW ORLEANS, Septiembre 29, 2018 — Roberto, a quien Aurelia, su esposa, afectuosamente llamaba “Viejo”, termina su estadía en el ingrato y gélido Nueva York de los años 70 poco después de recibir su “Visa” para Miami, con lo que empaca sus haberes y celebra tremenda pachanga de despedida en el sótano que lo vio sufrir.

Poco antes de partir, eufórico de poder marcharse al calorcito y más cerca de su añorada Cuba, recita el refrán que muchos cubanos exliados en el norte han repetido a través de los años: Adios Nueva York querido/Tierra de frío y de trabajo/Aquí te entrego mi abrigo/Que yo me voy pal carajo

En la medida en que cada obra es autobiográfica, el emblemático Roberto lleva parte del ADN de su creador, Iván Acosta, el dramaturgo, director y cineasta cubano-neoyorkino. Y cuarenta años después del estreno del largometraje dirigido por Leon Ichaso y Orlando Jímenez Leal, “El Súper” fue presentando en New Orleans, como parte de una impecablemente montada serie de eventos en celebración del Mes de la Herencia Hispana.

Patrocinaron la serie de actos culturales el New Orleans Hispanic Heritage Foundation (NOHHF) y el Cuban and Caribbean Studies Institute de Tulane University; recibieron el apoyo del Hispanic Chamber of Commerce of Louisiana, el Newcomb Art Museum, el Park View Historic Hotel y St. Mary’s Dominican High School.

La Dra. Ana López y la Dra. Carolina Isabel Caballero impulsaron el evento, en cuya organización también colaboró Raul V. Fonte, director ejectuivo de NOHHF. La semana comenzó con una visita el 25 de marzo de Iván Acosta al colegio de St Mary’s Dominican School, donde, además de presentar su película ante una audiencia de más de 800 alumnas y maestras, el autor compartió las experiencias de su vida como inmigrante cubano a New York.

Esa misma tarde tuvo lugar una exhibición de “El Súper”, en Jones Hall de Tulane University, con una nutrida asistencia de estudiantes, docentes, y destacados miembros de la comunidad.

El Molino pudo acompañar a Iván Acosta a New Orleans y presenciar algunos de estos eventos.

Cuarenta años son muchos, pero no tantos. Y cuarenta años han pasado desde que “El Súper” viera la luz del día en la Gran Manzana. Igual que un buen ron de caña ha añejado admirablemente, adquiriendo textura y consistencia, al punto que puede afirmarse que su mensaje central — la universalidad existencial del exilio — es cada día más vigente.

Tal como ilustran las angustias de Roberto, las personas que, obligadas por circunstancias de infortunio, llegan a tierras extrañas, edifican en sus mentes un mundo imaginario, potenciado por la ilusión de algún día regresar a casa. Ello les aferra a sus costumbres y particularidades, un proceso dialéctico que al mismo tiempo les va fundiendo en la realidad del colectivo formada por gente con similares experiencias — así difieran sus orígenes e incluso opiniones.

En el caso de Roberto (que en cierta medida es un reflejo de Iván Acosta en los años 70) se vuelve más cubano que nunca — pero al mismo tiempo encuentra apoyo y solidaridad en la amistad de otros inmigrantes, que también luchan por superarse, igual que tantos otros que llegaron a EUA con “una mano adelante y la otra atrás”.

Mucho ha cambiado EUA en las décadas desde que New York conoció a Roberto, “El Súper” — igualmente en la prolífica vida creativa de Iván Acosta, quien durante este periodo ha escrito y dirigido un sinnúmero de películas, guiones, obras de teatro, siendo galardoneado con premios de todo tipo tanto en EUA como a través del mundo entero.

(Cabe mencionar que la casa editorial FUGAS, Miami/España, que dirige el periodista cubano Luis Leonel León <está preparando una edición especial conmemorando 40 años de “El Super”.)

Paralelo a la enorme producción creativa de Iván Acosta, ha crecido la influencia hispana en EUA — tanto en términos númericos como de su impacto en la sociedad estadounidense. Según cifras proporcionadas por los centros de investigación Pew, en 1980 la población hispana de EUA alcanzaba 14.8 millones de personas, o el 6.5%; en 2015, ya éramos 56.5 millones, o el 17.6% de la población.

Para sentir la influencia, solo basta salir a la calle en cualquier ciudad del país.

En New Orleans un 5.3% de alrededor de 380,000 habitantes es clasificado como de origen hispano, inmigrantes que en gran parte vinieron después de que fuera golpeada inmisericordemente la ciudad por la ira del Huracán Katrina en 2005. Parte de esta población es de origen centroamericano y caribeño, que escapan el caos que reina en la región, atraídos por la proximidad geográfica, la semejanza climática y las oportunidades económicas.

Ha sido el dinamismo de esta comunidad hispana la fuerza que inspiró la serie de eventos conmemorativos de septiembre, el Mes de la Herencia Hispana, y la invitación a Iván Acosta como presencia constante.

Además de los eventos públicos, Iván Acosta también fue homenajeado con un desayuno en la elegante residencia de Beatriz Ball y tuvo una cena con el distinguido George J. Fowler III, autor de “My Cuba Libre”. Participó en una entrevista de hora y media con el periodista argentino Lic. Rafael R. Shabetai, quien transmite todos los sábados de 8:30 a.m. a 10:00 a.m. por Radio Tropical 105.7.

La visita del dramaturgo al “Big Easy” concluyó en el museo de Arte Newcomb, también en Tulane, en una función organizada por Blanca Rosa Maldonado. Consistió de una presentación y lectura de uno de sus libros más recientes, y, en opinión de este bloguero, más creativo: “Con una canción cubana en el corazón/With a Cuban Song in My heart”, editado por Un-Gyve Limited de Boston, bajo dirección de Julie Nemrow y Lisa Nemrow. Un trío musical dirigido por Alexis Martí, conocido percusionista y compositor cubano, intercaló piezas musicales con los segmentos que leyó Iván Acosta.

Esta magnífica colección es un libro de cuentos. Cada cuento es una canción. Cada canción es la carátula de un disco. Cada disco un recuerdo. Cada recuerdo una página en la vida de un joven a quien las circunstancias del destino lo transportaron del mágico y misterioso mundo del barrio Los Hoyos de Santiago de Cuba a un sitio igualmente misterioso y mágico que jamás hubiese imaginado: Hell’s Kitchen en el corazón de Manhattan.

Dos mundos totalmente aparte. Uno fue demasiado para Roberto, el protagonista de “El Súper”. Pero no para Iván Acosta quien encontró en las alturas de los rascacielos un mirador desde donde puede observar La Comedia Humana.

Carlos F. Torres

 

Carlos F. Torres
New Orleans, Luisiana,
Septiembre 28, 2018