The Nation españolPublicado en inglés el 10 de mayo de la edición impresa de la revista The Nation bajo el título “Was My Hat Made in a Factory Like Rana Plaza?. Traducido con autorización especial. Por Elizabeth Cline.

A raíz de la tragedia en la fábrica de ropa de la Plaza Rana, en Bangladesh, que se derrumbó a finales de abril dejando 1,000 muertos, los consumidores han quedado con algunas inquietantes preguntas: ¿Podemos confiar en cualquier prenda de ropa fabricada en Bangladesh? … o ¿en cualquier otro sitio?  ¿Son “malas” todas las fábricas de ropa? ¿Hay alguna manera verdadera de averiguar si algo que compramos en una tienda de cadena se realizó bajo condiciones éticas y seguras?

Elizabeth Cline
Elizabeth Cline

La semana pasada, una lectora de The Nation escribió con estas mismas preguntas. Recientemente había adquirido un gran número de sombreros de una marca de ropa llamada Port Authority y, después de notar que las etiquetas decían “Hecho en Bangladesh”, salió en busca de información acerca de la fábrica y las condiciones laborales. Quedó con las manos en gran parte vacías.

Conduje mi propia investigación sobre los sombreros de la lectora. Port Authority es propiedad de una entidad más grande, llamada SanMar. Un representante de servicio al cliente me dijo que SanMar ha estado trabajando con las mismas fábricas en Bangladesh “por años” y que estas fábricas están acreditadas por la Asociación para el Trabajo Justo (FLA por sus siglas en inglés). Aquí puede leer más acerca de los esfuerzos de responsabilidad social de Sanmar.

La FLA es un grupo de auditoría contratado por varias de las grandes marcas (H & M, American Eagle, Hanes y Adidas, entre ellas) para llevar a cabo inspecciones sin previo aviso de las fábricas y luego trabajar con ellas y con las marcas para mejorar las condiciones. En el sitio web de FLA, hay un informe de inspección de una de las fábricas de sombreros Sanmar en Bangladesh. Usted lo puede leer aquí.

De hecho, es muy raro que se pueda obtener incluso esta limitada cantidad de información acerca de una fábrica de ropa que usa una gran marca y aún más raro poder trazar un artículo específico (un sombrero) a una fábrica específica, donde se pudo haber producido. Pero, aun así, el informe hace muy poco para inspirar la confianza del consumidor. No se reveló el nombre de la fábrica, ni su dirección, ni da un sentido real de lo que la fábrica es. También revela una serie de problemas de incumplimiento, entre ellos violaciones de salarios, una falta de registros de nómina precisos, un puñado de detectores de humo y extintores de fuego defectuosos que fueron parcialmente bloqueados por máquinas para bordar. Tampoco existe un registro público de si estos problemas se resolvieron ni cuando.

No quiero señalar a SanMar. Un nivel mínimo de transparencia es algo típico en toda la industria de la moda. Y para responder a la pregunta del lector: “¿Hay alguna manera de saber con certeza que nuestra ropa comprada de las grandes marcas de moda se confecciona en fábricas seguras?” En la actualidad, la respuesta es realmente no la hay. 

Incluso antes de la tragedia en la Plaza Rana, el sistema de auditoría utilizado por las principales empresas de ropa había sido atacado. El año pasado, líderes sindicales criticaron a la FLA por tener una relación demasiado cercana con Apple después de que pretendió observar mejoras en la famosa fábrica de Foxconn. Ya no basta con la línea de base, la lógica del esfuerzo mínimo de la industria de ropa. Los consumidores ya no aceptan que las empresas tomen tan poca responsabilidad por lo que sucede en sus fábricas. Tampoco se aceptan las mejoras en incrementos paulatinos en las condiciones de trabajo.

Más que eso, los consumidores no deberían tener que llamar a una línea de servicio al cliente o escarbar en un informe de auditoría de la fábrica para saber dónde se hizo el sombrero y si se ha hecho bajo condiciones justas o no. Los consumidores en realidad están buscando la transparencia total y cadenas de suministro fáciles de rastrear para su ropa, similar a lo que hemos visto con los alimentos. Claramente dicho, como un artículo en el  New York Times sobre el comercio justo en la ropa expresó esta semana, ahora “los orígenes tienen importancia”.

Como mencioné en un video para The New York Timeses necesario que exista un sistema de etiquetado sencillo y honesto para la ropa similar al que hemos visto con los alimentos orgánicos y de comercio justo. Mientras tanto, las marcas también pueden utilizar sus sitios web para proporcionar información detallada y clara sobre sus fábricas. Como se mencionó en el artículo del Times, el minorista en línea Everlane incluye una galería de fotos de su proveedor y anécdotas de la gente que trabaja en la fábrica de camisetas de Los Angeles.

Ropa fabricada con dignidad era la mentalidad de los años 90. Las exigencias son mucho mayores actualmente. Los consumidores quieren una historia buena y honesta acerca de cómo se ha fabricado algo —  las marcas no sólo les corresponde crear condiciones de trabajo saludables, sino también cumplir las mayores expectativas de los consumidores.

Artículo en inglés