“¿Qué cosa sería, Vinícius, la suma de tu vida?
Que no sea inmortal, puesto que es llama,
pero que sea infinito mientras dure.”

200px-HaroldalvaradotenorioPor Harold Alvarado Tenorio — A pesar de haber sido mejor conocido como autor de letras para samba y bossa nova, una de ellas Garota de Ipanema, la tercera más canturreada en el mundo junto a Bésame mucho y Yesterday, y de una famosa tragedia folclórica basada en la macumba de carnaval, Orfeo da conçeicão [1956], que  llevada al cine por Marcel Camus como Orfeu negro obtuvo la Palme d´Or  del Festival de Cannes y el Oscar de la Academia de Hollywood de 1959,  el prestigio de Marcus Vinícius da Cruz de Mello Morães [Rio de Janeiro, 1913-1980], el más intenso poeta erótico de la poesía moderna en Brasil, descansa en su poesía.

Sus primeros poemas fueron escritos bajo la influencia de cierta religiosidad neo simbolista que selló la trayectoria de Augusto FedericoSchmidt [Río de Janeiro, 1906-1965], poeta de inspiración bíblica poseedor de una melodía romántica no pocas veces difusa y anacrónica, con la cual repudiaba la retórica y el nacionalismo de los modernistas de 1922, clamando por un retorno hacia una poesía intimista, preocupada por asuntos universalmente humanos.

Manuel Bandeira, Chico Buarque, Tom Jobim e Vinícius de Morães
Manuel Bandeira, Chico Buarque, Tom Jobim e Vinícius de Morães

En el prólogo a su Antología poética  [en Buenos Aires acaba de publicarse Antología sustancial de poemas y canciones, reunida por Cristian de Nápoli] dividió su poesía en dos etapas: la primera, de carácter trascendental, de un hondo sentido místico, mientras la segunda e sellaría una ruptura al aproximarse al mundo material rechazando el idealismo de la primera. Desarraigado de su tiempo, los asuntos de O caminho para a distância, Forma e exegese y Ariana, a mulher están cargados de soledad e infelicidad. Buscando alivio en especulaciones religiosas y en una creciente comunión con la naturaleza, con un ojo cínico y desconfiado ve la vida bajo el prisma del pecado, considera el amor un espurio delirio sensual y la poesía, el único instrumento de redención de la condición de poeta. De Morães se sumerge en un profundo misticismo que le excluye de la realidad para hacerle vivir, despojado de toda concreción, apenas como un ser para el arte. A lo largo de los cuarenta poemas de O caminho para a distância quien habla es conducido paulatinamente a un estado próximo a la desesperación que haya sólo en la muerte una solución al dilema de estar vivo:

Cuando entró la madrugada recliné mi pecho desnudo sobre tu pecho.
Estabas trémula y tu rostro pálido y tus manos frías
y la angustia del regreso moraba ya en tus ojos.
Tuve piedad de tu destino que era morir en mi destino.
Quise apartar por un segundo de ti el fardo de la carne,
quise besarte con un vago cariño agradecido,
pero cuando mis labios tocaron tus labios,
sentí que la muerte estaba ya en tu cuerpo,
y que era preciso huir para no perder el único instante,
en que fuiste realmente la ausencia de sufrimiento,
en que fuiste realmente la serenidad.

 [A uma mulher]

Pero la necesidad de expresarse íntimamente en relación con la vida erótica, llevó a Vinícius a buscar maneras  directas, populares, acordes con la época. Poesía que va y viene, en una serie de metáforas abstractas, entre los llamados de la carne y los del espíritu. Un sensualismo contenido por las experiencias de su educación junto a religiosos, que oscila entre la culpa y el libertinaje;  la desazón de quien peca asistido por una lucidez que solo ofrece la total libertad de actuar en asuntos amorosos.

A partir de Cinco elegías el ojo y la imaginación del poeta transforman los fenómenos para ofrecernos una idea original y única de ellos; poemas menos literarios y más coloquiales, y aun cuando abunde en expresiones prosaicas, la fuerza y economía de las formas enriquecen el ritmo. El volumen situó definitivamente a De Morães en el ámbito de lo cotidiano. En el prólogo dice que sus dos tendencias anteriores se fusionaron en la búsqueda de una sintaxis propia, permitiéndole liberarse de las concepciones y prejuicios de clase.  Luego, con Poemas, sonetos e baladas,  Novos poemas  y Para viver um grande amor  dio nueva vida a modelos antiguos hablando de las vicisitudes del amor, con una idea donde amar es definitivamente la unión física de hombres y mujeres:

Entre todo, a mi amor estaré atento
antes, y con tal celo, y siempre, y tanto
que aún delante del mayor encanto
con él se encante más mi pensamiento.

Yo lo quiero vivir cada momento
y en su loor he de esparcir mi canto
reír mi risa y derramar mi llanto
a su pesar o su contentamiento.

Y así, cuando después venga y me busque
tal vez la muerte, angustia de quien vive
tal vez la soledad, fin de quien ama

pueda decirme del amor [que tuve]:
que no sea inmortal puesto que es llama
pero sea infinito mientras dure.

 [Soneto de fidelidade]

Sus sonetos son algunos de los más hermosos escritos en portugués. Como muestra de los aciertos formales y de concepto bien vale citar el prestigioso Soneto da separação :

De repente la risa se hizo llanto
tan silencioso y gris como la bruma,
y de las bocas juntas se hizo espuma,
y de las manos juntas se hizo espanto.

De repente la calma se hizo viento
que apagó del mirar la última llama;
se hizo de la pasión presentimiento
y del momento inmóvil se hizo drama.

De repente, no más que de repente
triste se hizo el que se hiciera amante
y solitario el que contento fuera;

Se hizo el amigo próximo, distante;
se hizo la vida una aventura errante,
de repente, no más que de repente.

Lo cotidiano y las realidades sociales brasileñas y mundiales ocuparon desde entonces su poesía.  Hizo experimentaciones con sonetos, versos cortos, rondeles, decasílabos y alejandrinos, y los tonos melancólicos y las frases etéreas desaparecieron para dar paso a un estilo colorido que habla del presente y lo transitorio:

La felicidad del pobre
ilusión del carnaval
todo el año trabaja
por un momento de sueños
para vivir fantasías
de rey, pirata o florista
y todo vuelve a ser como era…

 [A felicidade]

Su última poesía amplió los horizontes de sus temas hasta escribir sobre el trabajo de los hombres en las ciudades, adentrándose en los resquicios de la cotidianidad o denunciando la injusticia, social y política,  como en O operário em construção :

Y un gran silencio se hizo
dentro de su corazón
un silencio de prisión
y fue un silencio poblado
de pedidos de perdón,
Silencio atemorizado
por miedo a la soledad,
un silencio de torturas
y gritos de maldición,
un silencio de fracturas
que en el suelo se arrastró.
El obrero oyó la voz,
la de todos sus hermanos,
sus hermanos que murieron
por otros que vivirán.
Una esperanza sincera
alentó en su corazón
y en aquella tarde mansa
se agigantó la razón
de un hombre pobre, olvidado,
y fue una razón que hizo
un obrero construido
de un obrero en construcción.

Sus libros en prosa fueron selecciones de crónicas matizadas con poemas, ricas en humor y ternura. Los temas van desde el fútbol hasta la cocina; la pintura hasta los viajes interplanetarios, pasando siempre por el amor, la substancia que ilumina y preside su obra.

Marcos Vinícius da Cruz de Mello Morães, “el más negro de los blancos”, nació en el barrio Gávea, nieto de un poeta y bisnieto de un historiador. Diplomático, vivió en Estados Unidos, Francia y España y fue editor de revistas y periódicos literarios. Mujeriego empedernido, casó siete veces y murió en una bañera de su casa a los sesenta y siete años con un cigarro y un vaso de escocés en la mano. Amigo de Neruda, Piazzola, Ungaretti o Sartre, su casa era una fiesta donde al final de sus días pensó hacer un fandango bajo el lema Vat 69, porque la palabra en portugués significa vate. Poeta, que para él significaba un estado de ánimo donde la tristeza, y la felicidad, van por caminos paralelos que se juntan una vez nos acercamos a la muerte.

Harold Alvarado Tenorio
Arquitrabe
Antología crítica de la poesía colombiana