DICIEMBRE 21 del 2011 — El mayor rebaño de renos del mundo ha visto dramáticamente reducida su población, algo que los indígenas locales achacan a la expansión de enormes proyectos industriales en la zona.
El rebaño de George River, que llegó a tener entre ochocientas y novecientas mil cabezas, solo tiene en la actualidad 74,000, una caída de hasta un 92%.
El rebaño recorre la gran tundra de Quebec y Labrador, en el este de Canadá. Conocidos como caribúes en Norteamérica, estos animales son fundamentales para las culturas de los pueblos cree e innu en la región.
Sin embargo, en las últimas décadas grandes extensiones del territorio de los renos han sido alteradas por una serie de grandes proyectos. La minería de hierro a gran escala, la inundación de grandes áreas para energía hidroeléctrica y la construcción de carreteras han tenido un precio, según los innus.
El anciano y jefe innu Georges-Ernest Gregoire ha dicho hoy en declaraciones a Survival International: “El caribú (reno) es fundamental para nuestra cultura, nuestras creencias espirituales y nuestra sociedad como cazadores que hemos vivido en nuestra patria, Nitassinan [Quebec-península de Labrador] durante miles de años”.
“Pero todos los enormes proyectos de ‘desarrollo’ que se han impuesto en nuestra tierra en los últimos cuarenta años han tenido, sin lugar a dudas, un impacto acumulativo en el tamaño del rebaño de caribúes. Por eso necesitamos control real sobre nuestros territorios y recursos, y por eso debemos participar como iguales en las decisiones que afecten a nuestras tierras y a los animales que viven en ellas”.
Otro hombre innu, Alex Andrew, ha declarado: “Nuestros ancianos saben que los animales serán los primeros en sentir los efectos de todo este daño. La cadena alimenticia se romperá y muchos acabarán sufriendo”.
“Y todo este desarrollo, como hidroeléctricas, minería, carreteras, tala, solo agravará el dilema que afecta a la supervivencia de los animales”.
El director de Survival International, Stephen Corry, ha explicado: “Si verdaderamente nos preocupa el impacto real que el mundo natural tiene sobre nosotros, y viceversa, y no solo verlo por televisión, es el momento de empezar a escuchar a los pueblos indígenas. Saben de lo que están hablando. Para los innus, los renos no son una postal navideña”.