Con un saldo de por lo menos 18 muertos en EUA y otros 43 en varias islas del Caribe, el Huracán Irma se ha ganado un espacio muy alto en la memoria colectiva de las peores calamidades.
Ahora, millones de personas enfrentan una dura recuperación. Sin electricidad para 5 millones de persona en la Florida; en Barbuda, con una isla prácticamente inhabitable. En Puerto Rico, 300,000 están sin luz; las comunicaciones con las Islas Vírgenes estadounidenses siguen inestables.
Con el fin de las lluvias, culmina una de las migraciones más grandes en la historia de EUA, y centenas de miles regresan a sus casas en donde enfrentan la incertidumbre: Desde pisos mojados hasta la destrucción total.
Las autoridades han emitido alertas sobre los peligros que para los seres humanos presentan víboras, lagartos y otra vida silvestre, cuyos habitats han sido destruidos por las inundaciones.
El martes, muchos aeropuertos han reiniciado operaciones, entre ellos Jacksonville y Tampa.
Jacksonville, que se consideraba fuera de peligro, sufrió inundaciones parciales, causando serios problemas en el transporte. Por lo menos 300 persons fueron rescatadas.
En Fort Lauderdale, la arena arrastrada por el viento cubrió las calles a varias cuadras de la playa, y el acceso al mar fue cerrado al público. Con la excepción de una pizzería, todo el área del centro permaneció cerrada.
Muchas personas siguen sin poder contactarse con sus familiares.
Días muy duros están por venir.