Los reos 23 y 24 son dóciles, dicen sus carceleros, quizás porque todavía no se han repuesto de la sorpresa de estar presos; comen lo que les traen desde afuera, tal cual se permite con los detenidos que no han sido declarados culpables todavía; hablan quedito.

Así describen desde El Cairo Michael Slackman y Mona El-Naggar en el New York Times el cautiverio de lo que no hace mucho fuera la plana mayor de Mubarak, ahora detenidos e Egipto.

El antiguo presidente Hosni, por razones de salud está detenido en un hospital, dicen. Pero tan pronto se mejore lo pondrán junto a los otros en llamada Finca Tora, que de agrícola solo tiene el nombre y es una estructura de concreto donde durante años estuvieron enemigos políticos del derrocado dictador.

Entre las cuatro paredes están ambos hijos de Mubarack, Gamal y Alaa, ahora los reos 23 y 24; el antiguo primer ministro, Ahmed Nazif, quien dijo no hace mucho que los egipcios no están listos para la democracia; Zakaria Azmi, hombre de confianza del expresidente; Fathi Sorour, antiguo jefe parlamentarios.

Todos son multimillonarios que fueron algunos de los hombres más poderosos del mundo árabe, si no del planeta.

Agrega el Times que un funcionario de la prisión les dijo: “Tenga en cuenta que son gente muy quebrada. Hacen todo lo que se les pide. No levantan la voz”.

Los detenidos no han sido juzgados, incluso no se les han formulado cargos de ningún tipo, todavía. Están siendo investigados.

Artículo en inglés

Foto cortesía de Mark Heard via flickr