Si en cierta medida, los padres tienen la culpa por la hipersexualización de niñas pre púberes, marketing y Hollywood se aprovechan para explotar un fenómeno de la sociedad actual que en opinión de muchos colinda con la inmoralidad y la pornografía infantil.
L’Express, en un extenso artículo firmado por Anne-Laure Pham y Mathilde Laurelli, discute este fenómeno que en años recientes ha adquirido alarmantes proporciones.
Desde Thylane Loubry, que a los 10 años apareció en pose provocadora en Vogue francesa, hasta Soya Keaveney, modelo inglesa que a los 12 aparecía en ropa interior y a los 15 está embarazada, la sociedad moderna ha creado todo un engranaje mediático para producir estas lolitas, dice.
Presenta varios ejemplos, como Mia, que a los dos años aparece con lencería erótica similar a la de Madonna, bailando sugestivamente la canción “Like a Prayer”.
También muestra el baile por un grupo de chicas de 7 años a la canción “Single Ladies” de Beyonce Knowles — representación en que las niñas llevan mucho menos ropa que usó la diva al grabarlo.
En Hollywood, menciona el caso de Elle Fawning, de 12 años, hermana menor de Dakota, que ya aparece sobre la alfombra roja con trajes de Valentino y otros diseñadores.
Y, luego, enumeran toda una lista de catálogos y productos como Jours Après Lune, que vende ropa interior sexy para niñas de 5 años; el Mini Kids Spa, donde las chiquillas se pueden mandar arreglar las uñas y similares.
Está por todas partes en la sociedad actual.
¿Qué ha permitido que las cosas desemboquen allí?
Todo comienza en casa, dice L’Express. “¿Y las madres de estas lolitas? Ellas no quieren limitar la exposición mediática de sus hijas, así se conviertan en objetos de fantasías”, señala.
Agrega un psicólogo, “Algunas madres están explotando a su inocente hija al proyectar en ella sus sueños sexuales y esperanzas frustradas de fama, o incluso de juventud”.
