Promesas quebradasCon el anuncio de que habría que esperar hasta después de la elección de noviembre para decretar el pregonado alivio ejecutivo que finalizaría las deportaciones de centenas de miles de personas anualmente y les abriría un camino a la legalización, cerró en EUA una semana que podría considerarse poco más que un intento de apagar incendios, en mucho caso echándoles gasolina.

Carlos F. Torres
Carlos F. Torres, Director El Molino Online

Obama dijo que la razón simple y llana política: Los demócratas están a punto de perder el Senado y consideran que cualquier medida que beneficie a los inmigrantes podría movilizar a los republicanos, furiosos desde la crisis de los niños de la frontera.

Por ello, optó por no hacer nada — ganándose el desprecio de la comunidad pro inmigrante que habla de “nuevas traiciones, promesas sin cumplirse” y simulares.

El presidente viajó a comienzos de semana Estonia en una cumbre de la OTAN donde los aliados Europeos discutieron nuevas medidas contra Rusia y contra el Estado Islámico que, en una muestra de desprecio hacia el occidente, degolló nuevamente a un periodista de EUA.

Contra Rusia, la OTAN anunció nuevas sanciones y la creación de una fuerza de respuesta rápida.

Contra EI, al mismo tiempo que siguen bombardeando posiciones islamistas en Irak y posiblemente en Siria (aunque ello no se ha confirmado), EUA encabezará una coalición de naciones dispuestas a enfrentar este enemigo que, además de haber sorprendido por su capacidad militar, posee un impresionante manejo de las comunicaciones y el arte de la propaganda y presuntamente ha reclutado más de mil combatientes yihadistas en las comunidades musulmanas de Europa y EUA.

Los principales medios comenzaron a alinearse detrás de las intervenciones sin cuestionamiento.

Sin embargo, algunos veían paralelos con épocas bastante recientes y en EUA se levantaron algunas voces calificando las intervenciones como  “fiebre guerrerista”.

Finalmente en el campo económico la noticia fue que los empleos bien remunerados son cada día más escasos, unas 92 millones de estadounidenses están sin empleo. Pero los trabajadores de establecimientos de comida rápida siguen pidiendo alzas al salario mínimo.

Y el país despidió a una mujer que nos hizo reír demasiado. Joan Rivers.

Una semana más en EUA

Carlos F. Torres
Director, El Molino Online
Septiembre 7, 2014