Al final, ni el apoyo del presidente, el vice presidente, el gobernador de su estado y una amplia e impresiva gama de funcionarios electos, además de poderosos sindicatos y una de las más eficientes maquinarias políticas del país, lograron impedir que el rechazo del electorado a los políticos titulares mantuviera a Arlen Specter en el senado por Pennsylvania.

Al cerrar las urnas, Joe Sestak había ganado la nominación del partido demócrata para el Senado por Pennsylvania, dando el toque de gracia a la carrera de Arlen Specter, senador republicano por 30 años,  quien hace poco más de un año al verse con el agua al cuello, no vaciló en cambiar de equipo, uniéndose a los demócratas. La elección tendrá lugar en noviembre de este año.

Margaret Carlson discute en Daily Beast los tratos, arreglos, promesas y transacciones — todos a espaldas del público — que condujeron al cambio de partidos de Specter y, eventualmente, a su derrota a manos del joven congresista Joe Sestak, antiguo almirante de la marina, y quien se postuló en contra de la voluntad de su partido.

El cambio fue negociado tras bambalinas la primavera pasada, dice. “Specter, republicano por casi tres décadas, necesitaba cambiar de partido para evitarse una pérdida casi segura a manos del archiconservador Pat Toomey, antiguo congresista y cabeza del Club for Growth, que casi lo había derrotado en la elección primaria del 2004.”

La Casa Blanca necesitaba 60 votos en el senado y le prometieron que al unirse a los demócratas no tendría que enfrentar una elección primaria en, dice.

Todo parecía ir a las mil maravillas por meses, continua. Las promesas se iban cumpliendo y  Specter había acumulado un cómodo margen de ventaja sobre su contricante. “Disfrutaba un momento parecido al de alguien que finalmente ha tomado la decisión de abandonar un matrimonio infeliz y momentáneamente se mantiene inconsciente de los problemas que puedan surgir en el segundo”.

Specter parecía invencible hasta que abrió la boca: “‘El cambiar de partido me permitirá ser reelegido’: fue un momento de candor que sería uno de varios anuncios televisados de 30 segundos”.

Los anuncios de Sestak potenciaron la doble vida política de Arlen Specter en dos partidos, con dos presidentes, cada día más distantes. Le dieron el impulso que logró superar un sustancial déficit en las encuestra y ganar en contra de la voluntad oficial de su partido.

Presa de la desesperación, al fin de la campaña el Senador rogó en vano a la Casa Blanca y al presidente Barack Obama que le ayudarán.

“Specter pudo haber aceptado su caída con gracia”, dice. “Pero pocos lo hacen porque para algunos perder es muy parecido a morir”.

Foto pantallazo Huffington Post

Artículo en inglés