SECUESTROCuando Atfab Aslam recibió su notas de inglés en Georgia Gwinnett College lo primero que debió haber pensado es “me van a matar en casa”.

Era la segunda vez que le reprobaban en inglés e imaginamos su padres se iban a poner furiosos.

Ni corto ni perezoso, Atfab Aslam optó por la mentira más vieja del mundo: inventar que le habían secuestrado para que tal fuera la preocupación paterna que, una vez liberado, la mala calificación parecería insignificante en el contexto del drama de vida o muerte.

Según informa Fran Jeffries en Atlanta Journal-Constitution, Atfab Aslam envió a sus padres un mensaje por texto diciendo ser uno de los presuntos secuestradores, advirtiendo que si llamaban a la policía matarían al joven.

Pero los Aslam llamaron a la policía que muy pronto desenredó la mentira.

Si no fuera tan haragán, Aftab Aslam pudo haber leído en estas mismas páginas sobre la muchacha brasileña que lo intentó hacer un par de años. Corrió igual suerte.

Si no fuera tan mal mentiroso, Aftab Aslam pudo haber sabido, como aprendió en carne propia un ilustre miembro de de la junta de redacción de El Molino Online, que de todas — toditicas — las mentiras en el mundo, ésta es la que menos sirve.

Si solo lo hubiera sabido se habría eliminado serios problemas legales, como los tres cargos criminales, uno de los cuales incluye amenazas terroristas.

Pero Aftab no lo sabía porque es un desaplicado, mentiroso y bruto.

Artículo en inglés

Gracias: GT