Una investigación parlamentaria sobre el accidente nuclear del año pasado en la planta de energía nuclear de Fukushima Daiichi llega a la conclusión de que la cultura japonesa de conformismo y las alianzas entre gobierno e industria fueron culpables por la tragedia, escribe Hiroko Tabuchi en The New York Times.
“Fue un desastre profundo creado por el hombre que pudo y debió haberse previsto y evitado”, indica el informe publicado por la Comisión Independiente de la Investigación del Accidente Nuclear de Fukushima.
“Sus efectos podrían haber sido mitigados con mayor eficiencia en las respuestas humanas”, dice el informe.
El informe de 641 páginas, producto de más de 900 horas de audiencias y entrevistas con 1,167 personas, es altamente crítico del primer ministro Naoto Kan, cuya actuación “generó confusión” y del presidente de la compañía de energía, Masataka Shimizu, quien no logró “comunicar claramente los planes” de su empresa.
El informe también sugiere que la planta no fue construída a prueba de terremotos, lo cual da mucho de que preocuparse ya que Japón ha comenzado a reactivar sus reactores. Y en esa nación la tierra tiembla con mucha frecuencia.
