Informa desde España el Huffington Post que José María Aznar, antiguo presidente del gobierno en la Madre Patria, está demandando a la fiscalía por revelar que había evadido impuestos.
Explica que los abogados de Aznar no niegan que su cliente haya sido multado por “utilizar una sociedad instrumental para ahorrarse el pago de impuestos” — algo que llaman una “diferencia de criterio en años pasados con Hacienda”.
Pero sostienen que ha sido violado el derecho de a la confidencialidad de Aznar, que es igual al de “todo contribuyente”.
Ese mismo sentir fue respaldado por Esperanza Aguirre, portavoz en el ayuntamiento de Madrid del Partido Popular de Aznar. Dijo la funcionaria que “si el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, estuviera ‘en un país anglosajón’ habría dimitido tras las filtraciones de declaraciones de la renta de políticos como ella misma o el propio Aznar.
En otras palabras, para ellos que el crimen de un funcionario no es tan grave como el hecho de que se informe al público que dicen servir.
Recuerda a este bloguero que en América Latina, cuando en conversaciones sobre la corrupción generalizada alguien pregunta, de dónde ha salido esa deshonestidad generalizada, con gran frecuencia la respuesta es, “Los españoles nos enseñaron a robar”.
Foto Aznar con George Bush en 2003, durante la invasión a Irak, via Wikipedia Commons
