Para los que hemos alcanzado cierta edad, todavía siguen frescas las imágenes de la revolución sandinista, eufórica e inspiradora insurrección popular cuya victoria un 19 de julio de 1979 sacudiría el planeta. Hoy día, siendo uno de los 9 comandantes de aquellos días, Daniel Ortega Saavedra, presidente del país, la situación es otra.

Se vive en Nicaragua otro alzamiento, centrada en Masayo20 km , al sur de Managua, la capital. La sangre ha corrido, cobrando un saldo de 300 muertos y muchos heridos. Para la resistencia y sus partidarios, Ortega y los sandinistas son usurpadores, corruptos, y brutales dictadores.

Por su parte, Ortega y sus partidarios ven a esta nueva insurgencia como bandidos, algunos de ellos vinculados con la nefasta pandilla MS 13. 

El New York Times estuvo en Nicaragua, visitó Masaya, y desde allí ha producido este informe, el cual reproducimos. Aquí pueds encontrar el original. 

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Por Brent MCDonald, Neil Collier y Ben Laffin. Durante semanas, la ciudad de Masaya en Nicaragua ha estado en el corazón del movimiento de oposición que busca sacar del poder al presidente Daniel Ortega. En este video, los reporteros de The New York Times Brent McDonald y Neil Collier cruzaron las barricadas improvisadas para reunirse con los residentes que lideran la resistencia.

En los últimos tres meses, decenas de miles de nicaragüenses han protestado contra el gobierno de Ortega. Las manifestaciones han detonado enfrentamientos mortales con la policía y fuerzas paramilitares, lo que ha causado la muerte de casi 300 personas, entre ellas varios agentes y muchos estudiantes.

Ninguno de los bandos ha mostrado señales de ceder. El gobierno acusa a los inconformes de intentar montar un golpe de Estado. Ellos dicen que Ortega está erosionando la democracia del país, al abusar de su poder para eliminar los límites al periodo presidencial e influir en elecciones locales. Ortega ha rechazado los llamados a renunciar y a realizar elecciones anticipadas.

Masaya se había convertido en uno de los pocos lugares en toda Nicaragua donde la policía batallaba para asumir el control. Sin embargo, eso cambió la semana pasada, cuando la mano dura de Ortega finalmente logró imponerse.