Calladitos. Esperan. Sentaditos en su clase en un tercer piso. Esperan. Son 30 de ellos. Niños y niñas. Entre ocho y 12 años.

Llevan esperando, dice Mail Online, desde hace una semana, en la escuela Kama, en la población de Ishinomaki. Nadie ha venido por ellos y, agrega, a menos que suceda un milagro, nadie vendrá.

Según sus profesores, los niños creen que sus padres no van a regresar. Pero hasta el momento nadie ha dicho nada. En vez, esperan, pacientemente, leen, juegan cartas, incluso algunos de sus parientes han venido a visitarlos.

Afuera, sigue la publicación británica, otros niños juegan. Pero ante ellos, un silencio casi total.

Dijo una maestra a Mail Online, “El tsunami vino justo cuando era hora de recoger a los de esta edad intermedia, y logramos entrarlos y salvarlos. Los más jóvenes se habían ido con sus padres un poco más temprano. Los que vivían detrás del colegio probablemente sobrevivieron, los del otro lado seguramente no”.

Pocos les hablan. Incluso se intenta no abrir puertas para no despertar la ilusión de que han llegado por ellos. Sentaditos en su clase en un tercer piso. Esperan. Calladitos.

Artículo en inglés

Foto cortesía de 50wats via flickr