Para el escritor y ensayista anglo estadounidense Christopher Hitchens, el matrimonio de la realeza, no es más que otro ejemplo más de un sistema anquilosado que exige sacrificios humanos para preservar instituciones arcaicas, corruptas y totalmente obsoletas.

Bajo el titular “Cuidado con los suegros”, escribe en Slate, una de las múltiples publicaciones donde su nombre aparece con frecuencia además de programas de televisión y otros medios, que el concepto de una “monarquía hereditaria es, como observa Thomas Paine, una proposición tan absurda como la de un médico o matemático hereditarios”.

La boda del Príncipe Guillermo y Kate Middleton, por más genuina que aparente ser, tiene como función principal “restaurar la patina de glamur que se ha perdido casi completamente” de la corona británica.

Durante su largo reino, Isabel II ha comprobado ser una persona estoica, responsable y confiable en preservar la institución. Pero en el proceso, agrega, ha tomado decisiones brutales.

Primero, dice, prohibió a su hermana Margaret a casarse con el hombre que amó porque estaba divorciado.

Royal Wedding Gift

La segunda, agrega, fue permitir que su marido educara al mayor de sus hijos.

El Príncipe Carlos fue sometido a un régimen de abuso y gritos en internados, obligándolo a retraerse, siendo eventualmente convencido de participar en matrimonio calamitoso, con una persona que ni amaba ni respetaba, terminando como un pobre ente cuya única función en la vida es esperar la muerte de su madre.

El destino de Guillermo estaba escrito desde el día que vino al mundo: “encontrar una mujer presentable, producir un heredero (y también un reemplazo “preferiblemente” masculino) y seguir con el espectáculo”.

“Su supuesta carisma puede salvar al país de lo que más temen los monarquistas y deberían esperar los republicanos: el Rey Carlos III”.

En selectos círculos se ha criticado la falta de sofisticación de los Middleton, dice. Con comentarios como que la madre de Kate trabajó, incluso el lenguaje que emplean! Pero, señala, ‘mire quien habla’, recordando los escándalos del principe Andrés, vinculado con Gaddafi, por un lado; y por el otro su amistad con un estadounidense involucrado en un caso de pedofilia.

En conclusión, le dice a Kate Middleton: :Si realmente lo amas, sácalo de ahí y vete tu también. No queremos ni necesitamos otro chivo expiatorio para revivir los huesos y venas secas de un sistema disecado”.

Artículo en inglés

Escudo casa Windsor Wikipedia