Mueller hablaEl 29 de mayo 2019, a las 11 am, rompió su silencio de dos años Robert Mueller III, director del FBI durante años quien fue extraído de su práctica privada para encabezar como Fiscal Especial la investigación sobre los presuntos lazos de la campaña de Trump con intereses rusos, pesquisa que ha perseguido a la presidencia de Donald Trump desde mayo 2017.

La investigación concluyó en marzo 2019 y el Fiscal Mueller emitió un informe del cual el público únicamente ha visto una versión parcial: primero en forma de un resumen ejecutivo preparada por el Fiscal General, luego el informe, pero censurado. Como la investigación centró en dos presuntos crímenes, el informe consistió en dos volúmenes, uno por acusación: Colusión (o conspiración) y obstrucción de la justicia.

El Fiscal General William Barr dijo que el informe exoneraba al presidente. El presidente casi de inmediato repitió esas palabras, que fueron a su vez pregonadas por portavoces de la Casa Blanca y sus aliados en la prensa, como Fox News.

A medida que el público, y algunos congresistas demócratas (con excepción de Justin Amash, republicano por Michigan) leyeron el informe, fue aumentando el cuestionamiento de la versión del Fiscal Barr, que muchos llamaron un abogado defensor de Trump. Las citaciones a testificar por parte de la Cámara de Representantes a Barr y a otras personas cercanas a Trump fueron rechazadas, y ello empujó al país al borde de una crisis constitucional.

El proceso de impeachment, o juicio político contra el presidente o un funcionario público, por mandato constitucional debe iniciarse en la cámara de representantes, que desde noviembre tiene una amplia mayoría demócrata. (El juicio se realiza en el Senado, donde los republicanos tienen mayoría — y requiere 60 votos para que el presidente sea declarado culplable). En semanas recientes, Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara ha estado bajo enorme presión por que inicie un proceso de impeachment, algo que ella dice que es prematuro, ya que gran parte del país no está a favor de ello.

Y entonces habló Mueller. Y todo cambió. Porque no exoneró al presidente. Y porque explicó con cristalina claridad que desde el inicio de la investigación no tenía opción de imputar al primer mandatario, porque esa responsabilidad, según reza la Constitución del país está únicamente en manos del Congreso de la Nación. 

A continuación reproducimos parcialmente, en traducción nuestra, una explicación por la Associated Press de los historícos acontecimientos del 29 de marzo 2019. El día que Mueller habló.

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Mueller declara que su informe sobre Rusia no exonera a Trump

[…] Poco después de que Mueller concluyera su conferencia de prensa, el presidente, quien ha falsamente ha afirmado en repetidas ocasiones que el informe lo exoneró de la obstrucción de la justicia, tuiteó una reacción moderada pero todavía algo inexacta: “Nada cambia con respecto al Informe Mueller. No hubo pruebas suficientes y, por lo tanto, en nuestro país, una persona es inocente. ¡El caso está cerrado! Gracias”

Aunque reclamaba la victoria, el tono del tweet del presidente estaba muy lejos de la frase de “exoneración total” que ha dominado sus declaraciones.

Los comentarios de Mueller, un mes después de la publicación pública de su informe sobre los esfuerzos de Rusia para ayudar a Trump a derrotar a la demócrata Hillary Clinton, parecían tener la intención de justificar la legitimidad de su investigación contra las quejas del presidente y explicar su decisión de no llegar a una conclusión sobre si Trump había obstruido la justicia en la investigación.

Describió los esfuerzos rusos y criminales de Rusia para interferir en la elección, incluso mediante el pirateo y la difusión de información errónea, una interferencia que Trump ha dicho que Putin rechazó en su cara en una negación “extremadamente fuerte y poderosa”. Y Mueller consideró que la cuestión de la posterior obstrucción de Trump y su campaña era una cuestión de “importancia primordial”.

El fiscal especial dijo que la ausencia de una conclusión sobre la obstrucción no debe confundirse con la exoneración.

Una opinión legal del Departamento de Justicia de larga data “dice que la Constitución requiere un proceso distinto al sistema de justicia penal para acusar formalmente de irregularidades a un presidente en funciones”, dijo Mueller. Correspondería entonces al Congreso el próximo paso a seguir, y el demócrata que preside el Comité Judicial de la Cámara de Representantes, organismo que investigaría más a fondo o comenzaría cualquier esfuerzo de juicio político, comentó rápidamente.

El Representante por New York,  Jerrold Nadler, dijo que el Congreso tiene responsabilidad de responder a los “crímenes, mentiras y otras irregularidades del Presidente Trump, y lo haremos”. La Presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, hasta ahora ha disuadido a la bancada de su partido de exigir el juicio político, convencida que ello solo ayudaría a Trump a ganar la reelección. Ella sostiene que los demócratas deben seguir un enfoque metódico, paso a paso, para investigar al presidente. Pero ella no lo ha descartado.

Del lado republicano, Lindsey Graham, de Carolina del Sur, presidente del Comité Judicial del Senado, dijo que Mueller “ha decidido seguir de largo y dejar que el informe hable por sí solo”. El Congreso debería seguir su ejemplo “.

rump ha bloqueado las citaciones de los comités de la Cámara y otros esfuerzos para profundizar en el tema Trump-Rusia, insistiendo en que el informe de Mueller lo ha resuelto todo.

El informe no encontró una conspiración criminal entre la campaña de Trump y Rusia para inclinar el resultado de las elecciones presidenciales de 2016 a favor de Trump. Pero tampoco llegó a una conclusión sobre si el presidente había obstruido la justicia.

Barr dijo que estaba sorprendido de que Mueller no llegara a una conclusión, aunque Mueller en su informe y nuevamente en su declaración el miércoles dijo que no tenía otra opción. Barr y el vicefiscal general Rod Rosenstein luego salieron al vacío y decidieron por su cuenta que las pruebas no eran suficientes para respaldar un cargo criminal.

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