La iglesia anunció el martes que había suspendido del ministerio activo a 21 sacerdotes en Filadelfia, validando de esta maneras los cargos presentados en febrero por un gran jurado que acusó a la arquidiócesis de la ciudad de encubrir durante décadas los abusos sexuales de menores por miembros del clero, escribe Katharine W. Seelye en el New York Times.

Esta suspensión masiva de sacerdotes de una sola vez es la más extensa en la historia del escándalo de abuso sexual en la iglesia Católica de EUA, dice.

El gran jurado señaló que 37 sacerdotes depredadores seguían activos en la diócesis. De ellos, 21 fueron suspendidos. Tres más ya estaban bajo licencia administrativa y otros cinco habrían sido suspendidos pero tres de ellos no son activos, y otros dos no son activos en la diócesis de Filadelfia. Ocho fueron exonerados.

Los crímenes, agrega, “variaban desde abuso sexual de menores a asuntos de límites con los menores”, sin dar más detalles.

El arzobispo de Filadelfia, cardenal Justin Rigale, dijo que la suspensión era temporal hasta que se investigaran más los casos. Igualmente pidió disculpas por la conducta de los sacerdotes. Su reacción inicial al informe del gran jurado había sido señalar que ningún sacerdote “ha admitido una denuncia ni se ha establecido un caso de abuso sexual en contra de ellos”.

Aunque no se publicaron los nombres de los sacerdotes suspendidos, cuando muchos católicos de Filadelfia asistan a la iglesia para el miércoles de ceniza es posible que algunos no encuentren a su sacerdote.

Se espera que demandas millonarias sean la próxima fase de este escándalo.

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Foto cortesía de autiscy via flickr