Porque no haya salido en las noticias últimamente no significa que no le estuvieran preparando su cama en una cárcel italiana a Francesco Schettino, capitán del Costa Concordia, que al estrellar el crucero contra unos arrecifes, salió corriendo dejando a 4,229 pasajeros atrapados.
Escribe Ella Ide de la AFP que, con la presencia cientos de personas, incluyendo abogados y sobrevivientes, han comenzado las audiencias preliminares sobre el desastre.
Las audiencias tienen lugar en Grosetto, Italia, la ciudad más próxima a la escena del desastre que tuvo lugar el 13 de enero cerca de la isla de Giglio, donde murieron 32 personas.
Por ahora, la audiencias enfocarán en los instantes que precedieron el impacto, cuando el buque había iniciado una maniobra de “saludo” a alguien en una isla, dice.
El Costa Concordia, dice la AP, era el doble en tamaño del Titanic.
En las audiencias se analizarán las órdenes del capitán después del impacto intentando establecer por qué demoró tanto en ordenarse evacuar el navío.
Schettino, a quien han apodado como “El capitán cobarde” y el “Hombre más despreciado de Italia”, dice que nunca intentó abandonar el barco sino que cayó a un barco salvavidas cuando éste se volcó.
Explica la AP que 10 personas están bajo investigación, incluyendo Schettino, contra quien no se han imputado cargos criminales pero ha sido acusado de homicidio.
Muchos de los asistentes fueron pasajeros. “Hemos venido a ver a Schettino”, dijo un alemán. “No se si se pueda tener fe en el sistema legal italiano. Espero que sí”.
No es el único.
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