Siempre y cuando respetaran entre sí los límites de sus imperios, y pudieran controlar al gobierno, la cordialidad reinaba entre los multi millonarios mexicanos algo que está sufriendo un drástico cambio, según escribe Ion Grillo en la información.com
Pero la nueva realidad es la guerra: la guerra por los lucrativos mercados de telefonía móvil y televisión, dice.
Apunta que Carlos Slim, el hombre más rico del mundo y quien controla más del 70 por ciento de todas las líneas telefónicas de la nación azteca, ahora enfrenta a Emilio Azcárraga y Ricard Salinas Pliego, que entretienen el 95 por ciento de los televidentes mexicanos.
La paz y prosperidad del pasado, dice, “se ha roto este año, al intentar entrar Slim en el mercado de la televisión y al acceder los reyes de las ondas a su sagrado negocio telefónico”.
La batalla se llevó a los tribunales mexicanos, con demandas de cada parte que persiguen romper el monopolio de sus rivales.
Los monopolios mexicanos controlan sectores claves de la economía, a un elevado costo para la nación, señala.
Ejemplo de ello es que las tarifas de telefonía mexicanas son unas de las más altas del mundo. “El precio de la telefonía móvil golpea especialmente a las clases pobres en México, que atraviesa por su peor recesión económica desde la década de 1930”.
Al asumir la presidencia, agrega lainformación.com, Felipe Calderón se comprometió reducir el tamaño de los monopolios: “Me parece que los monopolios públicos y privados no responden necesariamente al nuevo contexto mundial, en el que la interacción de los consumidores y los productos genera mercados mucho más grandes”.
Pero la guerra contra los carteles de las drogas ha ocupado la atención presidencial y los monopolios siguen intactos.
Se anticipa en los meses siguientes se obtendrá fallos que podrían ser claves para determinar el futuro de las comunicaciones mexicanas y ver hasta dónde pueden dominar la economía los monopolios.
Pero no todo el mundo ve esta posibilidad con optimismo, dice. “Así es México. Los ricos se hacen más ricos, y los pobres luchan por salir adelante”.
La fortuna de Slim ha ido creciendo con la compra de redes de telefonía móvil a través de América Latina y España.
Otros ven a Slim con admiración. “Ojalá hubiera mil como él”, dice un vendedor. “Entonces quizás seríamos un país verdaderamente competitivo”, concluye o la información.com.
