Mientras que algunos críticos del presidente Obama aseguran que en su discurso en Cooper Union, New York, no dijo nada sustancial a favor de la reforma financiera, Howard Fineman lo calificó en Newsweek de “incendiario”.

Críticos como Ezra Klein en el Washington Post consideraron el discurso débil, comparándolo negativamente con uno pronunciado en 1936 por el presidente Franklyn Delano Roosevelt.

Sin embargo, Fineman dice que : “Fue un discurso populista incendiario — quizás, al menos por el tono, de los más serios que ha pronunciado como presidente. Esencialmente dijo que cualquier persona que no apoye la propuesta suya y de su partido es egoista, irresponsable, corrupto, o las tres cosas”.

Lo que busca el presidente es contrarrestar el populismo antigubernamental del movimiento “Tea Party” con un populismo contra las grandes empresas y bancos. Agrega, “No, él no pidió que los Ejecutivos en Jefe devuelvan sus bonos. Pero presentó a Wall Street — usando la frase ocho veces en un discurso breve — como el epicentro de todos los problemas con los mercados”.

Políticamente el presidente lleva las de ganar, dice, citando diversas encuestas que confirman que hay gran desprecio entre el público contra Wall Street y los grandes bancos. La mayoría de la gente quiere más regulación.

Concluye diciendo que, aunque el presidente ha expresado su disposición a lograr algún tipo de acuerdo, “Yo sigo convencido que no le molestaría una demora parlamentaria (filibuster) de los republicanos, si son lo suficientemente auto destructivos para intentarla”.

Foto cortesía de David Paul Ohmer via flickr

Artículo en inglés