Érase una vez una familia con ínfulas de realeza que llegó a la Casa Blanca, por allá en enero del año 2017. Decidieron festejar a lo lindo y se formó un Comité Inaugural que recibió más dinero del que ha recibido cualquier otro comité de inauguración de previos presidentes.
En 72 días, según una nota del New York Times que recoge The Daily Beast, gastaron la friolera de US$100 millones, con gastos que incluían lujos que ninguno de los súbditos jamás ha visto. “Citando fuentes y documentos que no se han hecho públicos hasta el momento, el New York Times informa que se gastaron US$10,000 — o US$500 por cabeza — para que 20 funcionarios del comité fueran maquillados antes de una cena a la luz de las velas. En la misma cena, que tuvo lugar en Union Station de la capital, presuntamente se gastaron US$924,000 en decoraciones y por cada invitado dedicaron US$91 para los menús y las etiquetas con su nombre — incluyendo un experto en caligrafía para corregir cualquier error de último momento. Los viáticos de docenas de funcionarios contratados eran US$30,000 diarios para cubrir sus gastos de hotel, comida, taxis, y boletos de avión”.
El desperdicio fue sustancial, agrega la nota: “Habitaciones de hotel por un costo de US$6.4 millones quedaron sin usarse, ya que los invitados habían hecho sus propios arreglos”.
A cargo estuvo una amiga personal de la primera dama Melania Trump, Stephanie Winston Wolkoff, quien presuntamente recibió casi US$26 millones como “contratista general” para producir un “projecto documental” sobre el evento. Este proyecto fue abandonado, aunque quedan las entrevistas con funcionarios de la administración.
Foto via Daily Beast
