Petro y MockusLa lectura de varios columnistas a la que se suma el vergonzoso acto en el que una manga de ateos recurre a uno de los símbolos fundamentales de las religiones judeo-cristianas como son las “tablas de ley de Dios” desencadenaron un proceso de reflexión que trato de explicar.

Resulta que uno a uno, políticos oportunistas como Claudia López y Antonio Navarro, el siempre sorpresivo Antanas Mockus y la siempre ególatra Ingrid Betancourt convencen al promesero Petro para que jure que no hará lo que llevaba meses diciendo que iba a hacer.

Resulta que columnistas como Antonio Caballero que hasta hace una semana denigraba de Petro, anuncian su voto, no porque les guste Petro sino porque no quieren que “suba Uribe”.

Resulta que uno debe creerle al candidato que prometió hacer cien colegios en Bogotá durante su alcaldía y no construyó uno solo. Que prometió articular el Sistema Integrado de Transporte Público para acabar dándole licencia de operación a todos los buses y busetas que debían haber sido chatarrizados, dejando el sistema y de paso a Transmilenio en la quiebra.

Resulta, que en cambio uno no puede creerle a Iván Duque que va a hacer un gobierno independiente y que va a cumplir el programa que lleva meses proponiendo.

Cuando Petro dice que no va a haber expropiaciones hay que creerle.  Cuando Petro dice que no va a hacer su famosa Asamblea Constituyente que era unos de sus caballitos de batalla, hay que creerle.

Pero, cuando Iván Duque dice “el presidente voy a ser yo, Álvaro Uribe va a ser Senador de la República”, no se le puede creer. Cuando Iván Duque dice que va a reestructurar los acuerdos de paz, por ejemplo, para que la JEP no se pueda atravesar en un proceso contra un exguerrillero acusado de haber delinquido después de la firma de los acuerdos de paz, no se le puede creer.

Hay que creerle a Petro que va a respetar las Constitución y las instituciones que nunca respetó siendo alcalde de Bogotá, pero no se le puede creer a Iván Duque cuando dice que va a respetar esa misma Constitución.

No he visto ninguna evidencia de que Iván Duque no cumpla lo que promete, en cambio he visto que Petro es el rey del estupro, “promete para meter y después de haber metido no cumple lo prometido.

Por eso y por nada más, el 17 de junio, muy temprano, votaré por Iván Duque y espero que obtenga un triunfo incuestionable. Espero que su gobierno me dé la razón. A la gente a la que se le puede creer hay que creerle y a los que no se les puede creer hay que ponerlos en evidencia.  Petro miente sin piedad.

Prefiero votar por la esperanza de que Iván Duque sea de confiar que votar por alguien en quien no se puede confiar.