Cada movimiento de protesta trae debajo del brazo su propia expresión artística.
El descontento y desorden fertilizan la imaginación, fomentan la creatividad, crean desafiantes e impactantes expresiones estéticas, en los diversos medios.
Basta con mirar los cuadros de la revolución francesa, los afiches de las revoluciones bolchevique y cubana, o los de las protestas estudiantiles de mayo del 68. O los murales de la revolución mexicana.
Sentirá que le llega al fondo del alma, le inspira, le moviliza.
En EUA en la actualidad se vive un movimiento de descontento como no se ha visto en una generación.
En una sociedad, que tras aguantar golpes durante años, ha lanzado un resonante “¡Basta ya!” volcándose a las calles, movilizados en torno a una consigna totalmente radical por su simpleza: ellos, el 1 por ciento; contra nosotros, el 99 por ciento.
Minoría que todo lo tiene, mayoría que casi no tiene nada.
Los indignados de EUA se llaman Occupy Wall Street.
Es un movimiento que ha repudiado los canales institucionales de expresión, porque los considera corruptos.
Ha movilizado en las calles, porque no ve otra salida.
Está ocupando parques, denunciando a codicia y corrupción despiadadas de la clase financiera, desafiado las autoridades, porque está colmada su paciencia.
En otras palabras, están volteando patas arriba el mundo que conocíamos en EUA hasta el 17 de septiembre del 2011.
El futuro está por escribirse: la influencia de aquellos jóvenes — de todas las edades, ocupaciones, educación y orígenes — que comenzaron en el parque Zuccotti de New York, llegando al ayuntamiento de Oakland, a la Universidad de Davis en California a Atlanta, Boston, Nahsville y cerca de 300 otras ocupaciones en el país será un factor clave en tiempos venideros.
El movimiento Occupy vino con su propio arte debajo del brazo.
Aquí presentamos una muestra.
Visite la galería del movimiento Occupy Wall Street
