En una declaración hecha pública el 20 de octubre, el presidente Donald Trump ha dejado claro que el brutal asesinato del periodista Jamal Kashoggi bajo aparentes órdenes del príncipe real de la monarquía saudí no es razón suficiente para descarrilar un negocio milmillonario de venta de armas.
La declaración de 663 palabras, según un análisis publicado en el New York Times por Mark Mazzetti y Ben Hubbard , descarta la conclusión de la CIA en el sentido que el príncipe real Mohammed bin Salman había ordenado el asesinato. El presidente dijo que “Tal vez lo ordenó y tal vez no lo ordenó”.
Pero incluso sin el príncipe fuera culpable del salvaje acto — Kashoggi fue asesinado en el consulado saudí en Estambul antes de ser descuartizado — sería de segundaria importancia, según el presidente. Lo supera el impacto económico que distanciarse de los saudíes podría tener.
“El Sr. Trump dejó en claro que él ve las alianzas como transaccionales, en función de cuáles socios extranjeros compran la mayoría de las armas. Los empleos estadounidenses superan los valores estadounidenses. Y todos los países cometen actos abominables, por lo que un presidente estadounidense nunca debe imponer a sus amigos estándares diferentes a los de los enemigos”.
También muestra, agrega el análisis del Times, que para el presidente los hechos no son de suma importancia.
Esta actitud del presidente expresada sin rodeo alguno ha sido denunciada por destacados miembros del senado de EUA. Republicanos como el senador Lindsey Graham, uno de sus aliados más sólidos, fustigó al presidente, usando lo que los republicanos consideran una de las peores ofensas: Una comparación con el ex presidente Obama.
“Algo aprendí durante los años de Obama y es que las cosas no salen bien cuando se mira hacia otro lado respecto a los problemas en el Medio Oriente [crítica de la apertura hacia Irán] … Mirar en otra dirección sobre el brutal asesinato del señor Jamal #Kashoggi no conviene a nuestro interés nacional. No me cabe duda que tenemos que bregar con malos personajes y situaciones imperfectas. Sin embargo, si perdemos nuestra voz moral, perdemos nuestro activo más valioso”.
Varios más congresistas de ambos partidos han manifestado su repudio al salvaje acto. Axios publica una amplia lista con sus declaraciones.
Desde que asumió Donald Trump la presidencia, la monarquía saudí ha llegado a convertirse en una pieza clave en el ajedrez geopolítico en el Medio Oriente. La administración le ha apostado a la relación personal entre Jarred Kushner, el magnate de bienes raíces casado con Ivanka Trump, y el príncipe heredero.
La nueva orientación persigue doblegar el gobierno de Irán. Con este fin, EUA ha apoyado activamente la guerra saudí contra Yemen (apoyado por Irán) en un brutal conflicto que ha sido denunciado por organizaciones humanitarias del mundo, y en el caul podrían haber muerto hasta 85,000 niños.
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