A los 77 años, quiso competir con las sílfides que alborotaron la imaginación de millones en la noche de los Oscares. Se empacó en un vestido talladísimo que, imaginamos subió, movió, cuadró, redujo y, finalmente, le produjo un vahido que la mandó al hospital de emergencia. Así pagó Joan Collins, belleza de antaño pero que parece olvidar que antaño ya pasó, por su vanidad.

Informa Elissa Roche en la publicación de chismes Express en Inglaterra que “La ex estrella de Dinastía fue fotografiada en Los Angeles en jeans y un top ajustados durante el día, seguido de un vestido de noche que era tan restrictivo que la hizo sentirse mareada. Joan Collins ha admitido que la indumentaria que eligió fue una ‘mala decisión’ después de casi desmayarse en la fiesta de Vanity Fair” donde las élites se codean luego de la entrega de premios.

Joan Collins misma lo llamó un desmayó victoriano, en referencia a una época hace mucho (¿contemporáneos?) cuando la manera en que se empaquetaba a las señoritas las dejaban faltas de aire.

Afortunadamente no pasó de más: con el apretado atuendo y su atrevido escote pudo haber tenido otro tipo de accidente en cuyo caso los desmayados habrían sido los asistentes.

Artículo en inglés

Foto cortesía de zigazou76 via flickr