Cada año unos 30 millones de hombres en EUA son sometidos al examen de la próstata P.S.A., cuyos resultados son, en el mejor de los casos ambiguos, y en el peor causa de tratamiento que les impide disfrutar su vida normalmente, dice Richard J. Ablin en un editorial del New York Times.

Ablin, quien hace 40 años descubriera el P.S.A, dice que, “La popularidad del examen ha conducido a un desastre de salud pública carísimo”. Unos 3 mil millones de dólares se gastan cada año en este examen, indica.

Señala las razones por las que lo considera un error garrafal:  “En los EUA, los hombres  pueden tener un 16 por ciento de posibilidades de que ser diagnósticados con cáncer de la próstata, pero solo un 3 por ciento de probabilidades de morir de él. Ello se debe a que la mayoría los cánceres de la próstata crecen lentamente. En otras palabras, aquellos hombres que tienen la fortuna de alcanzar la vejez tienen mayores probabilidades de morir con cáncer de la próstata que de morir de él”.

Los exámenes P.S.A no puede detectar el cáncer de la próstata y, más importante aún, no pueden distinguir entre los dos tipos de cáncer de la próstata: el que mata y el que no.

“La comunidad médica debe enfrentar esta realidad y suspender los exámenes P.S.A”, concluye Ablin. “Hacerlo ahorrará miles de millones de dólares y rescatará a millones de hombres de tratamientos innecesarios y debilitantes”.

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