Gideon Resnick publica en The Daily Beast una nota sobre el crecimiento masivo de la social democracia estadounidense, un fenómeno que comenzó con la campaña presidencial de 2016.
“Los miembros mayores de la organización socialista han quedado asombrados al ver la asistencia masiva en su convención este años. Ahora tienen que ver cómo controlarlo”.
Desde la elección 2016, impulsados por el ejemplo de Bernie Sanders el candidato socialista demócrata que casi vences a Hillary Clinton, el número de miembros de los Socialistas Demócratas de EUA (DSA) han alcanzado 25,000 a nivel nacional, “entre ellos una oleada de jóvenes que se han dedicado a la organización y la política, en muchos casos por primera vez en sus vidas”, explica.
Ahora, enfrenta un desafío nuevo para llos. “Qué hacer con la visibilidad y relevancia políticas”.
DSA tiene profundas raíces políticas en América, que se trazan a los primeros días del movimiento obrero estadounidense. Ahora, en el mundo que siguió la elección de Trump, se encuentra más involucrado e influyente que en cualquier otro punto de su historia reciente. DSA se está organizando desde las bases, aplicando presión sobre los políticos nacionales y locales, haciendo incursiones políticas en algunos estados, todo mientras provee una opción separada y aparte del sistema bipartidista tradicional.
Fue fundado durante la década de 1970 bajo Michael Harrington, un activista socialista y profesor de ciencia política en Nueva York. En 1982 se unieron el Comité Organizador Democrático Socialista (DSOC) y el Movimiento Nuevo Americano. En aquellos años, indica la nota en Daily Beast, entonces, pocos imaginaron que llegaría hasta donde se encuentran hoy.